El arte del refrito
Con aire de novela gráfica en su narración, el filme juega a las películas juveniles de espías
Los refritos cinematográficos contemporáneos pueden provenir de dos vertientes: de la económica, aquella en la que las películas parecen conformarse a base de tormentas de ideas en reuniones de altos ejecutivos que han visto poco cine; y de la química, en la que un único guionista cinéfilo, y posteriormente un director, aplican sus conocimientos en un laboratorio mental que culmina, eso sí, en la vertiente económica. Ni una ni otra, sin embargo, aseguran el triunfo, que esto no es ciencia, pero son fáciles de distinguir dependiendo de los referentes y de los estilos aplicados en el mejunje. American Ultra, segunda película del londinense Nima Nourizadeh, escrita por Max Landis, el guionista de la resultona Chronicle (2012), parece proceder de la segunda sistemática.
AMERICAN ULTRA
Dirección: Nima Nourizadeh.
Intérpretes: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Topher Grace, Connie Britton, John Leguizamo.
Género: acción. EE UU, 2015.
Duración: 96 minutos
Con cierto aire de novela gráfica en su narración, American Ultra juega a las películas juveniles de espías con un relato tan superficial como atractivo en el que se aglutinan el romanticismo de Amor a quemarropa (y su violencia extrema) y el dolor del ser humano prefabricado de El show de Truman, con ese implante traumático en la memoria que le impide salir de su zona de actuación; los montajes ultrarrápidos de Réquiem por un sueño (que ya provenían de All that jazz), y el motor psicológico como bomba humana previamente preparada de El mensajero del miedo (Frankenheimer, 1962) y Teléfono (Siegel, 1977). También puede ocurrir que el guionista no haya visto todos esas semillas que le han hecho conformar su libreto, y que simplemente coincidan las ideas, pero, al menos este crítico, no se lo traga.
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