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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Negraycriminalix

Estamos en el año 45 después de Carvalho. Barcelona está ocupada por grandes superficies, marcas blancas y consumidores. ¿Toda? ¡No! Una librería en la Barceloneta, calle de la Sal, 5 ocupada por dos irreductibles libreros y un buen puñado de lectores todavía plantan cara. Los libreros se llaman Montse Clavé y Paco Camarasa y su, nuestra, librería es Negra y Criminal. Nos dicen que se rinden, que no pueden más y todo es más triste en mi ciudad. No es tu mundo viejo el que se apaga sino un concepto humano de ser ciudadano en una metrópoli. Muchos somos lectores, gente corriente que buscaba allí un agujero, un lugar de encuentro con los libros, con quienes los leen y quienes los escriben. Y nos gustaba llegar a esa librería y que te trataran como alguien inteligente que busca y encuentra libros que no sabía ni que existieran, historias que necesitabas o simple curiosidad literaria. Montse y Paco te escuchaban, te animaban, te disuadían, te trataban como uno de los suyos. Nunca te vendían un saldo, siempre te presentaban a alguien, hablabas con autores, lectores, editores, turistas y todo a la misma altura y tono. En Negra y Criminal no había tarimas ni micrófonos. Puro espíritu ácrata. Sangre roja. Nervio solidario. Eran el mito del librero que leías en viejos libros. Negra y Criminal era, es mi casa y ellos mis amigos, mi familia y de aquí a un mes nos quedamos sin casa. Dicen que no pueden más, que no pueden soportar las pérdidas y cuando escuchas eso de gente tan generosa, es desolador girarte buscando justicia y no encontrarla.

Causas. La más agridulce es que ellos y su, nuestra, librería han contribuido a que el resto de librerías y grandes superficies tengan su sección de novela negra. A la popularización del género, los clubes de lectura, el intercambio de ideas, escritores de todo el mundo. Cuando ellos abrieron en el año 33 después de Carvalho, para los aficionados de ese género, la ciudad era un erial. Pero claro, si lo puedes tener fácil en una gran superficie o en Amazon para qué apoyar al comercio de barrio. Aunque puestos a hacer reglas de tres, pudiendo pagar tu trabajo por la mitad en Sildavia ¿para qué te van a contratar a ti? Pura lógica de mercado. Hay más causas. Todos los críticos, blogueros, periodistas, autores que se sacan por la patilla los libros: los que necesitan y todos los demás. Eso sí, ahora todos con el pañuelo, indignados.

Esa librería es un lugar de cariño y alegría para muchos, un sitio sagrado y vecinal, de comunidad. No quiero que se rindan. Quiero seguir mirando desde allí a los matones, sacarles la lengua, y de tanto en tanto soltar a un Obelix en forma de libro y darles una buena tunda.

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