Desde Sol a Cibeles

Pegados al primer ventanal, según se entra a mano derecha, se encontraron durante años magistrados, periodistas y cómicos para disfrutar, entre cafés y copas, del placer de la palabra. Los tertulianos conversaban, discutían y trataban de salvar a una España en la que agonizaba el franquismo y se respiraban los primeros aires de democracia. Café Gijón, ese era el lugar elegido. Hora, cinco de la tarde en los primeros años setenta y dos horas más tarde cuando pasó la década. El escritor Manuel Vicent estuvo acudiendo a esa cita hasta los primeros años del siglo XXI cuando se dio cuenta de que la tertulia no tenía sentido, los asistentes iban envejeciendo y las anécdotas eran siempre las mismas. "Lo pasábamos genial, pero los integrantes de ese tipo de encuentros tienen que renovarse por abajo y lo que sucedía en esta era lo contrario. En estos encuentros no había mujeres, salvo en casos muy especiales. El panorama social ahora es bien distinto al de los primeros años de democracia. A mí ya no me aportaban nada.", señala el escritor.

En El Comercial, el guionista Rafael Azcona era el encargo de moderar las conversaciones que entablaban Sánchez Ferlosio, Ignacio Aldecoa y los escritores del realismo social. Azcona, guionista de películas emblemáticas del cine español como El pisito, El cochecito, Plácido o El verdugo, acudía todas las tardes al local se sentaba en una de las mesas del fondo, colocaba una servilleta sobre su cara y dormía la siesta hasta que aparecían los primeros tertulianos. Hubo otros lugares emblemáticos alrededor de la Gran Vía. Eran otros tiempos.