Saura baila el folclore de Argentina
El cineasta español estrena un musical sobre los otros ritmos típicos más allá del tango
Primero fue Flamenco (1955). Después, Sevillanas (1991) y otra vez, Flamenco (1995). En 1998, el cineasta español Carlos Saura se adentró en la música rioplatense con Tango. Más tarde vinieron Fados (2007) y Flamenco, flamenco (2010). Y el 28 de mayo, a sus 83 años, estrenará en Argentina un musical, que más tarde llegará a España, sobre los otros ritmos típicos del país sudamericano más allá del tango y la milonga. Se llama Zonda, folclore argentino.
“Las productoras Baraka, en Argentina, y Zebra, en España, querían hacer un musical sobre la música y el baile del noroeste argentino”, recuerda Saura, en referencia a las provincias que distan más de 1.000 kilómetros de Buenos Aires y su Río de la Plata, como Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero o La Rioja. Son los sonidos que inmortalizaron las letras y la voz del bonaerense Atahualpa Yupanqui o el canto de la tucumana Mercedes Sosa, ambos homenajeados por Saura en su nueva película.
“Las productoras me llamaron y me pareció un proyecto tentador porque desde joven me habían impresionado los ritmos musicales argentinos, y no solo el tango y la milonga, sino también las zambas, las chacareras, el malambo, el chamamé”, añade Saura. “Son ritmos que tuvieron vigencia en Europa, y sobre todo en España, tiempos atrás y algo olvidados en la actualidad. Hicimos un viaje de prospección por aquella zona de Argentina —en referencia al noroeste—, con parajes inolvidables y tuve la fortuna de escuchar sus cantes y sus bailes. En resumidas cuentas, dije que sí a un proyecto que me pareció apasionante y que además completaba un ciclo de música y danza en Argentina. Con un retraso de dos años por mi culpa, porque estaba metido en otros trabajos, hicimos Zonda, nombre de un viento cálido que azota aquellas regiones”, explica el tres veces nominado al Oscar.
Los cantantes
Zonda es una seguidilla de canciones que con sonido potente e imágenes cuidadas muestran los géneros del folclore de Argentina a través del canto y el baile de grandes artistas reconocidos del país, filmados no en los paisajes a los que se refieren en sus letras sino en un estudio del barrio porteño de La Boca. Aparecen las voces de Soledad Pastoruti, Jairo, El Chaqueño Palavecino, el rockero Pedro Aznar, Tomás Lipán o Peteco Carabajal y el piano del artista clásico Horacio Lavandera y el charango de Jaime Torres, entre otros. Así es que suenan Mi pueblo, mi casa, la soledad, de Chango Spasiuk; Volveré siempre a San Juan, de Ramírez y Armando Tejada Gómez; En el fondo del mal, de Gabo Ferro; La zamba alegre, de Adolfo Ábalos; Bailecito, de Carlos Guastavino; La Amanecida, de Hamlet Lima Quintana y Mario Arnedo Gallo; o Diablada, de Lito Vitale, músico moderno argentino que asesoró a Saura en la selección de intérpretes.
“Siempre que me he enfrentado a un musical, y más en este caso en donde no hay un argumento que cohesione las imágenes, he tratado de tener a los mejores expertos en cada especialidad”, explica Saura. En la selección de las danzas colaboraron los coreógrafos Koki y Pajarín Saavedra. En cuanto a la escenografía, Saura prefiere que en sus musicales sea simple. “Se trata de bastidores plastificados que pueden iluminarse por delante y por detrás, algo que vengo haciendo desde Sevillanas, cuando decidí prescindir de los decorados al uso”, cuenta el autor de Mamá cumple cien años, El amor brujo y ¡Ay, Carmela!, entre tantos filmes en su carrera.
“En Argentina hay una gran riqueza de música folclórica, sobre todo en la zona andina, donde se mezclan ritmos nativos con influencias españolas, sobre todo en los bailes y en las canciones y en algunos casos africanos, como en el malambo”, comenta Saura. “Son ritmos que nada tienen que ver con el tango, pero que complementan, de alguna manera, la riqueza de la música popular en Argentina”, añade el cineasta, que planea escribir el guión de una próxima película sobre los 35 días que demoró Pablo Picasso en pintar el Guernica y en la que actuará Antonio Banderas.
“Como siempre, trato de avanzar en cada unos de mis proyectos musicales. Siempre he considerado el cine como una aventura y un riesgo personal que hay que correr”, comenta Saura sobre su Zonda. “Lo más complicado en este tipo de cine musical es organizar las diferentes actuaciones jugando con los ritmos, con la escenografía, con la luz y con los movimientos de la cámara. En este caso decidí, en vez de innovar, aprovechar anteriores experiencias aunque de otra manera, sobre todo contando con la colaboración de Chango Monti como director de la fotografía. Se trata siempre de respetar al máximo, e incluso potenciar, cuando es posible, el trabajo de los artistas, algo que me propuse desde que hice Sevillanas”, reflexiona.
Babelia
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