Ionesco en un apartamento
The R. Mutt Society estrena en Nueva York ‘La cantante calva
Eugène Ionesco fue un dramaturgo tardío. Su primera obra, La cantante calva, la publicó en 1950, cuando ya tenía 41 años, y la escribió entonces porque fue también un estudiante de inglés tardío. Un año antes, Ionesco decidió ponerse a aprender inglés por un sistema que consistía en repetir las mismas frases básicas una y otra vez. Al hacerlo, Ionesco no aprendió inglés, sino que, volviendo a la esencia de las palabras, aprendió las verdades de la vida.
Algo parecido les pasó a los miembros de The R. Mutt Society, una compañía multidisciplinar y sin ánimo de lucro fundada en Nueva York por cuatro jóvenes, el español Guillermo Logar, la mexicana Fernanda Valencia y los americanos Charles Furst y Larry Bao, que estaban cansados de cómo funciona la industria del teatro o el cine y decidieron volver a la esencia del arte, investigar nuevas formas de expresión artística y de involucrar al público en ellas, para reaprenderlo. Por eso, han elegido La cantante calva como su primera obra que estrenan mañana, 3 de abril.
“Es algo que me pasó tanto en España como en EE UU, no me gustaba cómo está organizado este mundo a partir de los cástings, me parecía una situación muy fría, que no te deja dar todo lo que puedes”, cuenta Guillermo Logar, que estudió en Cristian Rota y la Resad en Madrid y en Atlantic School en Nueva York. Hablando con sus compañeros se dieron cuenta de que podían hacer teatro y cine, como querían, pero “haciéndolo de otra manera”. “Sin cástings, entrevistando a la gente, conociéndola”, dice Logar.
Empezaron en 2013, con el cortometraje Seep, “escrito en tres días y rodado en dos”, y el año pasado fundaron oficialmente The R. Mutt Society, financiada a través de donaciones que reciben en su web. “Obviamente en Nueva York hay mucha competencia, pero a la vez está llena de posibilidades de sobrevivir como compañía de teatro, mucha gente que aún quiere ver teatro y, además, ver diferentes tipos de teatro”, continúa Logar. “Patti Smith dice que Nueva York ya no sirve para los artistas. Y es cierto, pero a la vez sigue teniendo un potencial para hacer lo que quieras que no creo que haya en ninguna otra parte del mundo”.
El nombre The R. Mutt Society viene de la Fuente, de Duchamps porque, como el artista, sus miembros quieren estudiar “la cambiante percepción del arte por el público”. Por eso, eligieron La cantante calva como su primera obra y la representarán en el apartamento de Logar en cinco funciones para 15 asistentes durante los dos primeros fines de semana de abril. “Queremos ponerla en contexto, llevar a la gente a un sitio donde vive gente de verdad”, dice.
“Nos dimos cuenta de que la mayoría de las veces se ha representado casi como un ‘matrimoniadas’ y es una forma completamente opuesta a la intención de Ionesco. A nosotros nos atraía especialmente la tragedia del lenguaje que plantea y su crítica a cualquier tipo de burguesía. En Nueva York ya no hay burguesía, pero sí hay una gran diferencia de clases, es una ciudad cuyos ciudadanos viven separados y compartimentados en barrios según su nivel económico. Creemos que la obra también puede tener un sentido político, y, de hecho, uno de los puntos importantes de la compañía es que queremos tener un conciencia social”, explica Logar que reconoce trabajan de una forma completamente participativa y colaborativa, “contagiados de los nuevos partidos políticos europeos”.
Después de las primeras cinco funciones, esperan encontrar otros teatros del off Broadway y rematarán el debut en el Instituto Cervantes de Nueva York el 2 de junio mientras siguen buscando donaciones para futuros proyectos entre los que mencionan viajar con La cantante calva por festivales del mundo –si es posible con los mismos seis actores: Nanda Valencia, Kat Erasmus, Peter Wallace, Jacob Rico, Xavier Gala, Charlie Gillette–, escribir sus propias obras y “hacer algo de cine”. “Lo siguiente será un largo, aún no sabemos cómo, ni con quién…”. Pero seguro que lo harán “de otra manera”.
Babelia
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