Un tesoro en el fondo del mar
Un grupo de israelíes encuentra unas 2.000 monedas de oro, de los siglos X y XI
Un grupo de buceadores israelíes aficionados encontró al menos 2.000 monedas de oro, en su mayoría de los siglos X y XI, en el fondo del mar cercano a la costa de la localidad de Cesárea en el Mediterráneo. El hallazgo fue revelado el miércoles por la Autoridad Israelí de Antigüedades (AIA) y es considerado el mayor tesoro numismático descubierto en el país.
Ocurrió por casualidad, cuando seis miembros de un club de buceo se sumergieron hace dos semanas para observar qué había cambiado en el lecho marino tras las grandes tormentas que se produjeron durante el invierno. Mientras algunos sacaban fotos de un pulpo, uno de ellos, Zvika Fayer, se topó con unas piezas doradas. En un principio pensó que se trataba del envoltorio de monedas de chocolate, pero al remover la arena descubrió la verdad.
“Cuando planeábamos volver y los otros sacaban fotos, Zvika me señaló que había encontrado algo”, señala Kobi Twina, uno de los miembros de la expedición. “Le vi con algo dorado en la mano. Miré abajo y vi que había más, muchas más. Y eran demasiado duras, no podían ser de chocolate. Eran de verdad. Metimos las manos en la arena y de repente todo estaba envuelto en oro”.
En un primer momento, los descubridores pensaron que aquellas piezas doradas eran onzas de chocolate
Enseguida decidieron volver a la superficie e informar al director del club de buceo, quien dio aviso a las autoridades nacionales. A partir de ese momento intervinieron arqueólogos marinos, que bajaron con equipamientos de detección de metales. “Estos buceadores son un ejemplo para todo el mundo. No esperaron un momento para avisar a las autoridades”, sostiene Robert Kool, experto en numismática de la AIA.
Los especialistas estiman que las grandes tormentas que asolaron las costas israelíes en el invierno hicieron que se removiera la arena del fondo y que dejaran al descubierto las monedas. Por eso, continuarán buscando en la zona para ver si consiguen hallar más evidencias que permitan saber más de su procedencia. Por el momento, la AIA maneja dos hipótesis sobre su origen. La primera es que se encontraban en un barco que se hundió cuando iba en dirección hacia Egipto para llevar lo recaudado en la zona por impuestos; la segunda es que el navío estaba comerciando entre distintas ciudades de la costa mediterránea. Lo que pueden acreditar es que casi todas las monedas son de la época del califato fatimí, que comenzó a regir en el norte de África a comienzos del siglo X.
Entre las 2.000 piezas de distintos pesos y tamaños encontradas, la más antigua es un cuarto de dinar de Palermo, Sicilia, de la segunda mitad del siglo IX. Sin embargo, no descartan que puedan aparecer otras de este tipo ya que las últimas expediciones han seguido buceando en la zona.
Pese a haber estado bajo el mar durante más de 1.000 años, las monedas están en un excelente estado de conservación, hasta el punto de que no hizo falta limpiarlas para exhibirlas. Sin embargo, algunas de ellas tenían marcas de dientes, lo que, según los especialistas, es una evidencia de que sus dueños o comerciantes las mordían para comprobar si eran verdaderas. Ante la riqueza del hallazgo, la Autoridad Israelí de Antigüedades decidió declarar zona de excavación arqueológica todos los alrededores de Cesárea en el Mediterráneo y custodiarla para que nadie pueda acercarse. “Hay un gran problema con los robos arqueológicos en Israel y tememos que mucha gente se vea atraída por este descubrimiento”, resalta Kool.
Babelia
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