La cadena del robo arqueológico
La policía recupera una basa omeya y restos de un expolio de una necrópolis
Toda actividad delictiva requiere, si pretende prosperar, de un trabajo organizado y en cadena. El tráfico de antigüedades y restos arqueológicos no es una excepción. De parte de la ley, los investigadores están deseando romper cualquier eslabón y tirar del resto. Cuando ocurre, saben que pueden dar con algo grande. En este caso, los agentes del Grupo 1 de la Brigada de Patrimonio Histórico dieron con un tesoro arqueológico: una basa de columna de época califal; un mosaico tardorromano; hachas neolíticas; proyectiles romanos; fíbulas (piezas metálicas usadas en el vestido); una oinokoe (cerámica griega) y más de 800 monedas árabes y romanas procedentes de tres tumbas de entre los siglos I y IV, expoliadas en Córdoba el pasado agosto.
Una subasta en Christie's puso en la pista a los investigadores
Todo empezó en 2008, señalan fuentes de la investigación, con una subasta en la prestigiosa sala Christie's de Londres. En uno de los lotes, se incluía la basa de una columna con todo el aspecto de ser de época califal omeya. Fue vendida por 150.000 euros. Quien sacaba la pieza a subasta afirmaba que procedía del yacimiento de Medina Azahara, el palacio mandado construir por Abderramán III en el siglo X en las faldas de la sierra cordobesa. Alertados, los arqueólogos de la delegación de Cultura, se pusieron a investigar y descubrieron que la pieza faltaba de un inventario del depósito del Museo Arqueológico de Córdoba. Había sido extraída ilegalmente del país.
La policía atribuye la basa al yacimiento de Medina Azahara. Pero los técnicos de la Junta subrayan que esa pieza nunca formó parte del complejo palatino. "La basa procede de una excavación que se produjo entre 2004 y 2005 en la zona de poniente, del barrio de Las Margaritas. Se halló en un yacimiento de una almunia árabe, junto a otros elementos, como varios capiteles", explica Joaquín Dobladez, delegado de Cultura. Al terminar la excavación, la delegación ordenó que los restos de valor fuesen depositados en el silo del Museo Arqueológico. Pero la basa y otras cuantas piezas nunca llegaron allí. Cuando se tuvo noticia de la subasta, los responsables de Cultura se percataron de que aquella pieza faltaba, junto a otras 15 que no se han especificado.
¿Qué pasó? Hasta que el grueso de las piezas del yacimiento de la almunia fueron trasladadas al silo, permanecieron custodiadas en un depósito de una empresa privada, "a cargo de los arqueólogos responsables que habían llevado a cabo la actividad arqueológica", señalan en la Junta. Fue de allí de donde se sospecha que se extrajeron. Fuentes de la policía confirmaron ayer que en 2006, durante el último inventario que se hizo en aquel almacén privado, la basa seguía allí. Luego, en algún momento, desapareció.
La policía sigue investigando quién y cómo sacó la pieza de aquel almacén. Lo que sí sabe es quién la depositó en Christie's para su subasta. Los agentes identificaron, con ayuda de la policía británica, a un ciudadano belga-libanés. Al ser interrogado, el sospechoso aseguró que la basa procedía de la colección particular que su familia tenía en Líbano desde hacía décadas. Esta persona ha sido detenida en Marbella y se le acusa de un delito de contrabando. La policía cree que había comprado la basa a un comerciante de antigüedades de Ronda, quien también ha sido detenido.
Según la versión policial, el comerciante de antigüedades se encontraba en el penúltimo eslabón de la cadena y mantenía contactos con personas vinculadas a zonas ricas en yacimientos arqueológicos que le suministraban piezas. Dichos individuos han resultado ser unos eslabones muy interesantes en la investigación, pues han resuelto un segundo caso: el expolio de una necrópolis de entre los siglos I y IV de Aguilar de la Frontera (Córdoba). Finalmente, estas dos personas -un coleccionista de monedas antiguas y su socio- han sido arrestadas por este hecho y hay otras cinco personas imputadas.
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