La familia Lara da a José Creuheras las riendas de Planeta

El apellido es algo importante en toda empresa familiar y más en una monarquía hereditaria como es el Grupo Planeta. Pero la unidad del imperio y su continuidad están por encima de todo. Y a esa lógica responde el nombramiento ayer de José Creuheras como presidente del conglomerado multimedia líder español, lo que le convierte en la primera persona que ocupa el máximo cargo en los 66 años de historia de la editorial sin ser un Lara. Tras la muerte de José Manuel Lara Bosch el pasado 31 de enero, el hasta ahora vicepresidente del grupo encabezará la cúpula de la empresa, en la que todos han subido un escalón: Carlos Fernández (Barcelona, 1958) ha pasado de consejero delegado a vicepresidente, mientras irrumpe como consejero delegado José Lara García (Barcelona, 1976), hijo mayor del fallecido Lara Bosch, hasta ahora director general.

En realidad, nombrar a José Creuheras (Barcelona, 1957) es casi como designar a alguien de la familia: fichado por el fundador José Manuel Lara Hernández, empezó su carrera en Planeta en 1984, donde pronto se convirtió en algo más que la mano derecha del que sería consejero delegado, Fernando Lara Bosch, de quien fue incluso su padrino de bodas. La confianza era tanta que, tras la trágica muerte del hijo pequeño del fundador en accidente de tráfico en agosto de 1995, Creuheras fue el albacea de los hijos de su amigo.

Contrariamente a lo que se especuló entonces, cuando José Manuel Lara Bosch tomó las riendas efectivas del grupo le otorgó su confianza y también su amistad y en 2003 le nombró vicepresidente. Sus relaciones con toda la familia son de tal grado que Creuheras es el presidente de Inversiones Hemisferio, la empresa patrimonial de los Lara.

Casado con Columna Martí y padre de tres hijos, amante del bridge (afición que también compartía con José Manuel Lara Bosch y con Fernández), el abogado Creuheras es de exquisitas formas y amante de los consensos; perspicaz asesor, ha demostrado siempre una gran capacidad de relación e interlocución. Gracias a ella se le presupone una excelente relación en el Partido Popular y, en especial, con pesos pesados del antiguo núcleo duro de la formación, como Eduardo Zaplana y, sobre todo, José María Aznar, de quien sería amigo personal. Esos contactos y su conocimiento del Madrid empresarial (donde Mauricio Casals, presidente de La Razón, diario del grupo, y también amigo, le ha ido facilitando muchas relaciones) abonarían la tesis de que Creuheras irá dedicando mayor atención a los negocios audiovisuales del grupo afincados en la capital (Atresmedia, Onda Cero, La Razón….). en realidad, es consejero ya tanto de Atresmedia como de La Razón. Mientras, la parte más editorial recaería en José Lara García, quien se ha mostrado ya un eficaz gestor en las entrañas del corazón del imperio Planeta: él fue de los que negociaron la reciente refinanciación de la deuda del grupo y es buen conocedor de la logística libresca. Por el momento, el hijo varón menor de José Manuel Lara Bosch, Pablo, se mantendrá como director de proyectos editoriales transversales de venta directa, fogueándose así en el ámbito de nuevos negocios del grupo editorial y con miras a la cada vez más importante área de América Latina. 

El gran reto de Creuheras, amén de dar tiempo a los hijos de Lara Bosch a madurar en la casa y coger cuerpo como altos directivos, será, según medios empresariales, el pasar de asesorar (la última palabra casi siempre era la de José Manuel Lara Bosch) a tomar más decisiones ejecutivas de gran calado. Y, sobre todo, si podrá mantener el eclecticismo de su predecesor, el que le permitía tener medios tan opuestos en lo sociopolítico como Antena 3 TV y La Sexta o, en su momento, los diarios La Razón y el catalán Avui, así como las buenas relaciones simultáneas con los líderes del PP y del PSOE.