‘La princesa prometida’ hace bis en videojuego
Un título para móviles resucita la película de culto recreando sus escenas clave
“Lo primero es lo primero. ¡A muerte!”. “No. ¡A dolor!”. “La muerte no puede detener al amor. Solo retrasarlo por un rato”. “Hay una escasez de pechos perfectos en este mundo. Sería una pena que hirieras los tuyos”. “Como desees”. Y, por supuesto, “Hola. Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir”.
Son líneas ya inmortales del cine de aventuras. Las que contiene La princesa prometida, clásico entre clásicos del cine de los 80 en el que un chaval aburrido por estar en cama enfermo (Fred Savage) escuchará fascinado cómo su abuelo (Peter Falk) le narra un cuento de hadas. Ese cuento enamoró a toda a una generación y ahora resucita en las plataformas más de moda del mundo del videojuego: los móviles y las tabletas, a un precio de 3,45 euros. Y está aquí casi por casualidad.
“Fue un golpe de suerte. Estábamos trabajando con una compañía en otro proyecto cuando nos dimos cuenta que en su web decía que tenían la licencia de La princesa prometida. Así que les dijimos, medio en broma: ‘Nos gustaría hacer el juego’. Y su respuesta fue: ‘Vale, lo hablamos”. El que habla es Scott Balaban (Nueva York, 1975), un “chaval de los ochenta”, como el mismo se define y veterano de la industria del videojuego que se ha lanzado a la aventura de retratar la mítica película con su compañía independiente Gameblend Studios. Son una pequeña cuadrilla: apenas dos diseñadores (él mismo y su socio, Erik Stein), un músico y un artista; casi tan pocos como la banda de maleantes a los que dirigía el malvado Vizzini en la película. Pero se han bastado para programar este juego que ha estado en desarrollo durante un año y medio.
La princesa prometida en la tableta o móvil es un juego de cuatro fases. Cuatro escenas clave de la película: la zambullida en un mar plagado de monstruos de la princesa del título (Robin Wright--Penn); la peligrosa escalada al acantilado del Pirata Roberts; el cruce de floretes con el célebre espadachín Íñigo Montoya y un combate cuerpo con el gigantón Fezzik. “Elegir fue lo más difícil. Somos tan fans de la película que queríamos meterlo todo. Retrasamos bastante la entrega del juego por añadir más contenido”, confiesa Balaban. Complejo también fue equilibrar las mecánicas del juego, las reglas que rigen la diversión. “El público para este juego es muy amplio, por lo que teníamos que diseñar juegos que se pillaran a la primera pero en los que luego costara volverse experto. Por ejemplo, en el ataque a la princesa Buttercup en el agua, uno solo tiene que pulsar sobre la cabeza de los monstruos que la acechan para eliminarlos. Pero el diseño de los patrones con los que te atacan lo va complicando progresivamente. Además, cada vez que juegas, estos patrones varían aleatoriamente, así que cada partida es distinta”.
De hecho, hay dos fases que se añadirán más tarde al juego: El duelo de ingenio con Vizzini que enfrenta al jugador con dos cálices de los que supuestamente uno está envenenado y el viaje de la princesa y el pirata Roberts por el páramo de fuego. El asalto al castillo del príncipe Humperdinck, donde sucede el gran duelo en el que Iñigo Montoya clama su venganza contra el hombre de seis dedos, de momento no entra en los planes de Gameblend. Aunque si el juego arrasa se lo pensarían.
Pero el desafío no solo estaba en convertir las escenas fundamentales del película en una experiencia jugable. Qué estética elegir fue otro de los mayores retos. El fichaje de Gameblend, un ilustrador con experiencia en la casa del ratón más conocido, Walt Disney. Todd Bright, animador en películas como El jorobado de Notre Damme, Mulan o Lilo & Stich, fue el encargado en estilizar las figuras de Cary Elwes o Robin Wright-Penn en un estilo muy de moda en las series animadas americanas: “Vimos muchos estilos diferentes de artistas diferentes. Pero el de Todd fue el que nos resultó más atractivo de todos. Y su capacidad animando ayudó a hacer la acción más dinámica y que fuera mucho más fácil sumergirse en nuestro mundo”. Para completar la apuesta transmedia, la banda sonora cuenta con un ilustre de la música: Mars Williams, saxofonista de grupos como The Waitresses o The Pshychedelic Furs.
Balaband es consciente de que la desconfianza del jugador hacia un título basado en una película es casi un (merecido) impulso involuntario: “Hay una historia negra de juegos muy, muy malos basados en películas. Lo que pasa es que, en cuanto sale un filme, hay muchas empresas que le quieren sacar partido. Se suele dar un presupuesto y un tiempo muy limitado a las compañías que los hacen y así es imposible. Nosotros hemos trabajado de otra manera. Sin restricciones de tiempo y siendo fans de la película”. Y de momento la fórmula parece funcionar. En la tienda Apple de Itunes casi cuatrocientas personas le han dado un promedio de cuatro estrellas y media sobre cinco a su Princesa prometida. Un comieron perdices a la altura de ese beso que comparten el Pirata Roberts y la Princesa Buttercup que dejó a todos los besos de la historia “muy atrás”.
Babelia
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