Gallimard: la más deseada en Fráncfort
Jorge Herralde y el resto de los editores del autor celebran el galardón en la feria
Sólo varía el ritmo, pero el ritual en la Feria de Fráncfort el día que toca el Nobel de Literatura está escrito: aglomeración de cámaras y periodistas de medio mundo ante un estand y desfile de posibles nuevos editores... el portugués, el brasileño, el chino... En el despacho de Éditions Gallimard, editorial del nuevo premio Nobel de Literatura, Patrick Modiano, era palpable la satisfacción de Anne-Solange Noble, la directora de derechos extranjeros del histórico sello francés, al que el autor “ha sido fiel siempre” desde ese ya lejano 1968 en el que debutó con El lugar de la estrella.
Jorge Herralde no tuvo que correr. El editor de Anagrama tiene a Modiano desde 2007, cuando lo incorporó a su catálogo con Un pedigrí, la novela que había leído poco antes y con la que, afirma, redescubrió “a un autor que, por esos misterios de la edición, tuvo mala suerte: no conectó con el público y no funcionó en España cuando lo editó Alfaguara entre finales de los setenta y los años ochenta”. Según su teoría, le ocurre “como a casi todos los franceses, que se leen más en Barcelona que en Madrid”. Proa edita en catalán a un autor del que Seix Barral publicó Dora Bruder y de quien El Aleph juntó sus nouvelles Primavera de perros y Flores de ruina. De Cabaret Voltaire es Un circo pasa (2013).
El último título de Anagrama es La hierba de las noches, en la calle desde hace unos meses y con traductora de lujo, María Teresa Gallego Urrutia. Tiene dos obras más en cartera (Accidente nocturno, para principios de 2015, y Libro de familia), si bien es posible que adelante Pour que tu ne te perdes pas dans le quartier (“Para que no te pierdas por el barrio”) recién aparecida en Francia y que Herralde leyó (y contrató) justo la semana pasada. Es la última creación de un hombre, según Herralde, “de una timidez enfermiza y con una obra muy personal, autobiográfica pero no de manera directa, marcado por el mundo de la ocupación francesa y el turbio elenco de estafadores y colaboracionistas y traidores que la envolvió”. Y también obsesionado por París, “cuya cartografía describe minuciosamente en casi todas sus novelas”.
Le parece, además, que hay justicia poética en este galardón a Modiano porque corrige la “sensación de error” de cuando en 2008 se concedió el Nobel a su compatriota Jean-Marie Gustave Le Clézio. Curiosamente, ese autor y Modiano comparten en letras de molde la entrada del estand de Gallimard contra la que los medios acorralaron ayer a Noble, convencida de que el galardón ayudará a las ventas del autor. “Pero sólo le hará un poco más famoso, porque ya está traducido a 36 lenguas”, en las que se puede disfrutar de una obra donde “la vida está vista siempre desde múltiples resquicios, pero desde los que hay sutiles diferencias que lo acaban explicando todo; es la atmósfera modiano”. Herralde lo llamaba “la música modiano”. Y se mostraba feliz por el que es el segundo Nobel de su catálogo, tras el de Kenzaburo Oé (1994).
Babelia
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