Picasso sigue trabajando por la paz
El ‘Guernica’ y el torero Javier Conde protagonizan un vídeo presentado en la reunión de la Alianza de Civilizaciones de la ONU
Más de siete décadas después, Picasso sigue trabajando por la paz. El Guernica, una de las cumbres del cubismo y del arte del siglo XX, ha estado presente este viernes en la reunión ministerial de la Alianza de Civilizaciones, el foro creado por España y Turquía hace casi una década, que se celebró en Naciones Unidas. La artista mexicana Denise de la Rue presentó A Cry for Peace (Un grito por la paz), un vídeo de apenas tres minutos en el que el torero español Javier Conde, manchado de sangre, danza con su capote ante la magna obra de Picasso. Es la primera vez que los custodios de los derechos del patrimonio del pintor malagueño, Sucession Picasso, han accedido a que el Guernica sea utilizado en otra obra de arte contemporáneo.
La proyección de A Cry for Peace se produjo justo después de que el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, defendiera la Cultura como herramienta diplomática y planteara varias medidas para que fuera incorporada en la misiones de paz, dentro de lo que definió como “diplomacia preventiva”. Según De la Rue, el matador Javier Conde, al que grabó en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid frente al Guernica después de mucho insistir durante varios años, es la metáfora del soldado que encierra en sí mismo la violencia de las guerra. Pero, al mismo tiempo, la obra “es un clamor por la paz, un grito de esperanza”. El vídeo cuenta con una sugerente y mínima partitura musical obra del argentino Gustavo Santaolalla, dos veces ganador del Oscar de Hollywood.
“Formalmente, el vídeo retrata los tres momentos de la corrida. La acusación, la sentencia y la ejecución. La vida, la muerte, la violencia y la conquista están contenidos en la guerra y en la tauromaquia”, explicó la artista mexicana, para la que el Guernica es “la pintura más importante del siglo XX”. Efectivamente, Picasso definió su obra como un “instrumento de guerra ofensiva contra el enemigo”. “No está hecho para decorar las habitaciones”, advirtió. El contexto histórico determinó el cuadro, ya que fue un encargo del Gobierno de la República para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937. La idea era llamar la atención y conseguir apoyos en plena Guerra Civil. “Siempre imaginé el estreno de esta obra en un foro que reforzará el mensaje contra la guerra que encierra. Para mí es un gran privilegio que la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas accediera a presentarlo”, señaló De la Rue.
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