Globalización del gozo
Los jóvenes directores harían bien en estudiar los primeros veinte minutos de 'Lucy'
Los hiperactivos del cine saben cuándo lanzarse a la piscina con toda la ropa y cuándo dar una pasada con los dedillos del pie para comprobar si el agua está a su gusto para dejar que sean otros los que se mojen del todo. Luc Besson, director, escritor y productor francés, metomentodo, a veces brillante, otras renqueante, siempre profesional, 25 guiones y casi 70 producciones solo en lo que llevamos de siglo, ha dirigido únicamente ocho de esas películas. Con las que va a muerte. Lucyes una de ellas.
Los jóvenes directores harían bien en estudiar los primeros veinte minutos de Lucy, un prodigio del suspense, del manejo del lenguaje cinematográfico, de mantenimiento del tempo narrativo, con apenas dos conversaciones. Una joya de comienzo, entre el thriller y la ciencia-ficción con admirables toques de comedia, que, por personajes y ambientación (una habitación de hotel), recuerda al manejo del espacio y del tiempo de aquel Hombre del Sur, mítico episodio de Alfred Hitchcock presents basado en un relato de Roald Dahl. Besson habla de ciencia, de drogas, de antropología, de mafias y de la existencia humana con la potencia de un gran narrador y la sencillez de un fabricante de juguetes. Y ofrece un curso de cómo utilizar los insertos, ese plano intercalado en una secuencia que, sin tener mucho que ver en principio con el conjunto, acaba provocando que la escena alcance una nueva dimensión: con los animales y con la naturaleza, pero también con esa serie de polvos culminados en el asiento trasero de un coche, apenas un segundo con las luces de la ciudad al fondo, poesía visual de nuestra especie.
Tras una hora perfecta, quizá Besson no alcance esa maestría cuando la trama desemboca en una suerte de aventura mutante donde la protagonista se ha convertido en una superheroína al uso, de las que vemos a puñados cada mes. Pero el director de León, el profesional sabe cómo conjugar estilo, gracia y pasión; desmesura y arte; clasicismo moderno y plena contemporaneidad; rigor europeo, espectáculo hollywodiense y salvajismo coreano. Una mezcla encarnada en la boca de la mártir Scarlett Johansson y en la mirada del gánster Choi Min-sik, con su pinta de garrulo demente vestido de limpio, demoledor villano del cine globalizado.
LUCY
Dirección: Luc Besson.
Intérpretes: Scarlett Johansson, Morgan Freeman, Choi Min-sik, Amr Waked, Jan Oliver Schroeder.
Género: ciencia-ficción. Francia, 2014.
Duración: 89 minutos
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