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China ‘made in Hollywood’

El gigante asiático es ya la prioridad de los grandes estudios

El estreno mundial de 'Transformers: la era de la extinción' en Hong Kong.
El estreno mundial de 'Transformers: la era de la extinción' en Hong Kong. Philippe Lopez (Afp / getty)

La industria del cine ha cambiado de imagen. Tomemos como ejemplo el estreno de Transformers, la era de la extinción. En lugar de hamburguesas, sus protagonistas comen pato pekinés. El parque natural chino de Wulong Karst es el nuevo Monument Valley, ese que sirvió de paisaje a tantos westerns antes. Y donde reinaba la Coca-Cola o la Pepsi, ahora los nuevos héroes de la pantalla beben leche Yili Shuhua, una marca de lácteos popular en China aunque desconocida en el resto del mundo. Esta es la nueva cara del Hollywood actual, el que tiene la vista puesta en el mercado chino. Una cara sonriente a juzgar por los 745 millones de euros que la cinta protagonizada por Mark Wahlberg lleva recaudados desde su estreno mundial, lo que lo convierte en el primer filme que supera este año el listón de los mil millones de dólares. Y, entradita a entradita, son los espectadores chinos los que se han encargado de amasar cerca de un tercio de esta cantidad, unos 223,5 millones de euros. Una cifra que además está claramente por encima de los 179,6 millones de euros obtenidos por la cinta en la taquilla estadounidense en el mismo plazo de tiempo.

La descripción de Hollywood como la meca del cine puede ser ya cosa del pasado. La realidad ha cambiado. Mientras la industria estadounidense habla de otro año flojo en taquilla, la venta de entradas en China puede llegar a los 3.725 millones de euros para cuando acabe el año. Una curva ascendente que ya se dejó sentir en 2013, cuando los ingresos en la taquilla china llegaron a los 2.682 millones de euros, un 27 % por encima del 2012. En ese mismo plazo la taquilla estadounidense solo aumentó sus ingresos en un 1 % concluyendo el año con 8.120 millones de euros. China ya ha superado a Japón como el segundo mercado cinematográfico internacional. Si su poder económico sigue la línea de estos últimos años, con una media de 10 nuevos cines construidos cada día, el país más poblado del mundo logrará convertirse en la primera potencia mundial en lo que al séptimo arte se refiere para finales de esta década. Eso según Financial Times. Según The Hollywood Reporter no habrá que esperar tanto: Para el 2017, Hollywood tendrá que pasarle a China el título de meca del cine.

Una taquilla de cifras gigantescas

En 2013 las salas chinas recaudaron 2.682 millones de euros, lo que permitió al país superar a Japón y convertirse en el segundo mercado mundial del cine,por debajo de EE UU. La taquilla de China ha crecido un 55% a lo largo de los últimos cinco años, según el Observatorio Audiovisual Europeo.

China va camino de mejorar estos datos. El primer semestre de 2014 ha traído a las taquillas unos 1.600 millones de euros. Las películas extranjeras, con las superproducciones de Hollywood a la cabeza, obtuvieron el 52% de la cuota de mercado.

La estadounidense Transformers: la era de la extinción se convirtió hace un mes en la película más taquillera de la historia de China, con más de 223 millones de euros recaudados.

De la treintena de salas que Imax Corporation tiene previsto inaugurar por el mundo próximamente 19 se abrirán en China.

Las salas chinas recibieron en 2013 unos 612 millones de espectadores, un 32,3% más que hace cinco años. Es el tercer país por afluencia, tras India y Estados Unidos, según el Observatorio Audiovisual Europeo.

El mismo instituto calcula que China cuenta con 18.195 pantallas, siendo el segundo pais en esta clasificación solo por debajo, una vez más, de Estados Unidos.

Una media de 10 cines nuevos se construyen en China cada día. 

De ahí el interés que tiene la industria estadounidense en asegurar si no su liderazgo al menos un buen pedazo de este mercado que hasta hace pocos años estaba cerrado casi por completo a la producción extranjera. El éxito de Avatar en China y posteriormente, en 2012, la decisión del gobierno chino de abrir sus cines a un total de 34 producciones internacionales marcaron el momento del cambio. Un cambio que con tal de ganarse el favor de los 1.360 millones de chinos que hay en el país hace lo que sea en sus películas. De ahí que en las últimas grandes producciones tipo Godzilla o El amanecer del planeta de los simios la acción transcurra en San Francisco en lugar de Nueva York. San Francisco ha sido siempre conocida como la puerta hacia Asia. Además, está esa inclusión de personajes asiáticos, especialmente chinos, como secundarios en las tramas de los principales taquillazos. Lo hizo Roland Emmerich con Lisa Lu cuando destruyó el mundo en 2012, lo hace ahora Michael Bay en Transformers: la era de la extinción con Li Bingbing o el boxeador Zou Shiming, y lo hará James Cameron en sus próximas entregas de Avatar donde ya prometió la inclusión de algún actor asiático aun cuando la trama transcurra fuera de ese mundo. Macao, Pekín y Hong Kong son los nuevos escenarios para las aventuras cinematográficas de gran presupuesto de Hollywood y sus productos más conocidos, incluida esa marca de leche china desconocida para el resto del mundo, sus nuevos patrocinadores. Incluso en el campo de la animación, Hollywood se quiere asegurar el mercado chino. Los creadores de Shrek han abierto los estudios Oriental DreamWorks y están preparando la tercera entrega de Kung Fu Panda.

La transición no es tan sencilla como parece. Tres de los patrocinadores chinos de este último Transformers se han quejado, incluso por la vía legal, descontentos con su representación en el filme. Entre ellos está la empresa inversora Beijing Pangu, que amenazó con bloquear el estreno de la cinta porque el hotel Pangu no se veía tanto como habían acordado en el contrato. O la asociación turística del parque Wulong Karst, descontenta con la falta de rigor geográfico a la hora de ubicar el parque natural utilizado de telón de fondo en el filme. ¡Cómo si nunca hubieran visto antes una película de Michael Bay, director conocido por sus espectáculos visuales pero no por sus clases de historia o geografía —en otra entrega de Transformers rodó una batalla en la frontera inexistente entre Egipto y Jordania! Incluso hubo un intento de extorsión contra el propio Bay mientras rodaba en China. Y quejas del público local, contento con ver señas de identidad más cercanas a su cultura en las producciones de Hollywood pero sorprendido por la falta de lógica de muchas de ellas. “¿Por qué un hombre maduro, corriente y vulgar, en medio del desierto de Texas utiliza una tarjeta de crédito del banco China Construction para sacar dinero del cajero automático local?”, se preguntó un espectador en Weibo, la versión china de Twitter. Otros intentos de abrirse mercado en China fueron aún más complicados como el que protagonizó Iron Man 3 el pasado año. Los estudios Marvel acabaron estrenando dos versiones, una occidental y otra china, para no herir sensibilidades locales por culpa de ese malo llamado Mandarín y con pinta de Fu-Manchú.

Tampoco es todo jauja para el nuevo Hollywood chino. Los estudios también se quejan no solo de la escasa ventana de penetración que tienen en este inmenso mercado, sino de unos beneficios muy recortados. Mientras que la distribución de las producciones made in America en el resto de los mercados internacionales suele deparar del orden del 50 % de los beneficios para las arcas de Hollywood, en el caso de China el porcentaje que regresa a los estudios no supera el 25 %. Y eso si lo ven porque son varios los que se plantean si están recibiendo todo el dinero que les corresponde de la distribución de sus películas en China. Según The Wall Street Journal, los estudios Paramount han contratado los servicios de 1.200 trabajadores para que comprueben que las cuentas están claras y las entradas vendidas por Transformers: la era de la extinción no le son adjudicadas a alguna otra producción local.

El público de una sala china donde se proyecta 'Transformers: la era de la extinción' en 3D.
El público de una sala china donde se proyecta 'Transformers: la era de la extinción' en 3D.Getty

A pesar de todas estas pegas, la penetración de Hollywood en China no tiene marcha atrás. Y viceversa. “Está claro que los estudios no pueden financiar películas de este calibre sin pensar en su éxito a nivel internacional, especialmente en China”, indicó a la prensa el jefe de distribución de los estudios Paramount, Don Harris, en referencia a una producción como el último Transformers, cuyo presupuesto se calcula por encima de los 150 millones de euros. Así que todos preparados para ver en los próximos estrenos de Hollywood la muralla China, el arroz tres delicias y hasta los guerreros de terracota de Xian. Un proyecto, este último, que por cierto están ya preparando los estudios Paramount. Lo que no parece cambiar por el momento es el tono megalítico e incluso patriotero de estos grandes estrenos de acción donde el bueno es bueno y el malo, malísimo, y que tan bien funcionan en el mundo entero. Eso sí, como dijo Variety en su crítica de Transformers: la era de la extinción, a partir de ahora será patriotismo chino.

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