No estás solo
El único guionista español de Batman desvela cómo es escribir una historia de para el superhéroe
Para algunos, es un icono, para otros, el personaje de las pelis; hay gente que recuerda con cariño la serie de televisión de los sesenta, y otros que aún veneran la serie de animación de los años noventa…
Para mí, Batman es un lienzo en blanco que permite contar casi cualquier historia. Digo casi porque, bueno, no vas a contar una historia en la que mata a 500 personas con un bazoca porque se aburre. Pero al margen de esas burradas, Batman ha protagonizado historias de serie negra, terror, cósmicas, y casi todo lo que se pueda imaginar. Mirad si es maleable el hombre murciélago, que hasta un servidor ha podido escribir una historia del personaje y no lo ha gafado para siempre.
Hasta donde yo sé, y que alguien me corrija si me equivoco, he sido el primer español en escribir una historia de Batman, un relato dibujado por el gran Rubén Pellejero y publicado recientemente en España por ECC ediciones en un libro titulado Batman: Black & white. Ojo, muchos artistas patrios habían plasmado las aventuras del caballero oscuro con su arte antes de esta historia. Gente como Carlos Pacheco, Ramón Bachs, Julián López, Carlos Rodríguez —y bastantes más con los que me disculpo por no nombrarlos a todos— han demostrado y siguen demostrando que el nivel artístico del cómic español no tiene fronteras. Pero estoy divagando.
La oportunidad de escribir Incluso en los peores momentos surgió de una anécdota que ya he contado alguna vez. En una comida en Zaragoza con Pellejero este me comentó que le apetecería dibujar alguna cosilla corta para la industria del cómic americano, aunque los superhéroes no le interesaban demasiado (Rubén, para quien no lo sepa, desarrolla su carrera habitualmente para el cómic franco-belga). De broma, le respondí: “Pero no dirías que no a Batman” y claro, su respuesta fue: “No, no, nadie dice que no a Batman”. Ni corto ni perezoso, al volver a casa llamé a Mark Chiarello, VP-Director artístico de DC Entertainment, y nada más empezar a contárselo, me espetó: “Perfecto, Batman: black & white, ocho páginas, blanco y negro, y sin prisas”, y añadió “Dame cinco minutos y te vuelvo a llamar”. Lo siguiente que supe es que me estaba diciendo que la historia la iba a escribir yo, a lo cual me negué un par de veces, porque yo esa llamada la había hecho como amigo de Rubén, y punto. Me insistió, y al final le dije que solo si Rubén lo aceptaba, que si no, nada, y Rubén, que es un santo varón, dijo que sí.
Como editor de la obra, Chiarello me pidió que enviara tres o cinco ideas para que él valorara y eligiera cuál podíamos hacer. Rubén y yo hablamos de ellas antes de enviarlas para asegurarnos de que sería algo que a él le apeteciera dibujar. Algo que tenía muy claro es que el que debía brillar era Rubén, no un seudonovato sin ínfulas de escritor ni demasiada práctica como yo, y creo que el resultado final no hace sino demostrar lo profundamente brillante que es Rubén, además de la inmensa paciencia que tuvo conmigo.
¿Y de qué va Incluso en los peores momentos, os preguntaréis? Pues sin destriparla demasiado (para una cosa que escribo me gustaría que la leyérais) es la historia de un hombre que lo ha perdido todo menos su dignidad, y que a cambio ha encontrado el más insospechado y fiel de los amigos, uno que nunca abandonará su lado. El nombre de nuestro protagonista es Atticus (homenaje a Atticus Finch, de Matar a un ruiseñor, mi libro y película favoritos). Atticus sobrevive en las calles como un vagabundo, sin perder la esperanza de recuperar su vida algún día. Es en este contexto, y en un callejón en el que Atticus se resguarda del frío, donde se topa con un malherido Batman al que uno de sus mayores enemigos está dando una soberana paliza… Y creedme, el héroe de nuestra historia no es Batman, precisamente. Al menos, no es el único.
Escribir una historia de Batman es una experiencia muy peculiar. Por un lado no quieres meter la pata y denigrar la trayectoria del personaje, pero en el fondo lo único que te importa es contar una historia decente. Preferí olvidarme de que era una historia de Batman y decidí que fuera un relato de superación, de supervivencia, pero por encima de todo, una historia de amistad que nos recordara a todos que, por mucho que podamos creer que estamos solos, siempre habrá alguien a nuestro lado cuando más lo necesitemos, te llames Batman, Atticus, o quien seas.
David Macho es representante de creadores y escritor ocasional.
Babelia
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