Del ‘chandalismo’ ilustrado al ‘denim’ reinventado
Las propuestas de hombre de Milán para 2015 se debaten entre el elitismo y lo democrático
Amanecer a las puertas de un recinto donde los asiáticos sacan fotos a los europeos y los europeos a los asiáticos da una pista de dónde se centra hoy el juego de la moda. Esta estudiada coreografía a pie de calle previa a cada desfile de la semana de la moda de hombre de Milán para el verano 2015, apuntalada por la creciente proliferación de fotógrafos de streetstyle a la caza del mejor look, encuentra una cierta traslación entre la concurrencia de las pasarelas. Se escenificaba a la perfección en el desayuno previo que Bottega Veneta ofrecía a las afueras de su sede: buena parte de los presentes adoptaba un look oscuro más propio de la noche, a pesar de ser las nueve de la mañana.
Quizás desde esa consciencia, Tomas Maier partía para la emblemática firma de marroquinería del negro y el azul oscuro para enseguida trasladarnos a otro verano más apetecible, de colores lavadísimos: celeste, verde agua, lima, rosa y toda la gama que va del blanco al beis con los grises contados. En sus amplias bermudas de napa, sus jerséis de cashmir grandotes, sus pantalones de chándal holgados cogidos con goma bajo la rodilla había mucho de eso que los franceses llaman nonchalance y que podríamos reclamar como sana despreocupación o chandalismo ilustrado. Tan redondo todo que casi lograba restar protagonismo a las mochilas y bolsas insignia de la casa, en su clásico trenzado de piel, que reforzaba en los modelos (todos con cintas en la cabeza) ese aire de recién salidos de la academia de danza.
Un listón muy alto que solo la apabullante puesta en escena de Salvatore Ferragamo podía tratar de desbancar. Su nota de prensa hablaba del "paseante moderno". Un hombre que en el solvente temperamento de Massimiliano Giornetti, su director creativo, traslada el pragmatismo estadounidense al temperamento italiano. El talento de Mister Ripley resonaba en toda la colección, particularmente en los juegos de saharianas y bermudas. La efectiva convivencia de múltiples marrones y grises redoblaba su impacto gracias a la variedad de tejidos texturizados. Porque vender y entretener no tiene por qué estar reñido.
En Calvin Klein Collection no quedaba lugar a dudas. Que sonara la IDM de mediados de los noventa de Orbital tenía de todo menos de casual. Minimal techno con adornos melódicos para minimal nude con aderezos coloristas en PVC de colores ácidos (naranja, amarillo, rojo). Había una intención evidente de huir de la alargada sombra del heroin chic que esgrimió la marca en esa década en la elección de modelos más torneados para lucir sus camisetas sin mangas superpuestas, sus shorts sobre pantalones ciclistas coronados por camisas abotonadas hasta arriba y chaquetas de vestir cruzadas o las "sudaderas" galácticas de plástico solo aptas para otros rincones de la galaxia. Las botas de leñador llevadas al terreno deportivo, un apunte a esgrimir para cualquier otro momento del año. El riguroso cierre en negro de la última decena de looks reparaba en la comercialidad de una firma insobornable.
Tod's anunciaba el día antes el fichaje como director creativo de Andrea Incontri, uno de los talentos emergentes de una semana de la moda que va asumiendo la necesidad de encontrar aires nuevos. El objetivo: reforzar el ready-to-wear. "Queremos dar a nuestros clientes un rango mayor de producto", decía el presidente de la marca, Diego Della Valle, que paseaba por la presentación repartiendo apretones de manos a diestro y siniestro. Concebida como una performance, los modelos paseaban por tres salas distintas atrezzadas a la manera de un sofisticado salón de casa, interactuando relajadamente entre sí y con el público. La máxima novedad: la traslación de los estampados de camisas y pantalones al gominno (o mocasín de goma) marca de la casa. Desde el Ferrari de coleccionista plantado en el hall a los fotogramas de películas clásicas proyectadas en las paredes se quiso plasmar el cliente al que se dirige: clásico pero atemporal, elegante pero osado, con poderío pero terrenal.
En el polo opuesto, Prada. La intelectualización que Miuccia confiere a sus colecciones posibilita que cada temporada nos replanteemos los límites de lo que queremos vestir. En esta ocasión, plantó una piscina de agua teñida de azul klein para que la rodearan chicos y chicas entregados al sueño del "otro denim es posible". La idea, desarrollada en los modelos de ambos sexos por igual, nos trasladaba a un mundo donde el corte de cualquier prenda (un abrigo largo, un pantalón de vestir, una falda) adquiere la máxima exquisitez y magnetismo a través del tejido más democrático del mundo. La música de Psychic TV, el grupo liderado por Genesis P-Orridge apuntalaba esta declaración de intenciones: el cantante y su mujer, la difunta, Lady Jaye, se sometieron a varias operaciones de cirugía estética para parecerse el uno al otro. Pandrogenia lo llaman. No hace falta ponerse tan elevadas cotas para disfrutar de una osada reinterpretación estilística. Ahí estaba el mensaje implícito: si se puede hacer a partir de algo tan básico como el vaquero, imaginen con el resto del armario.
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