Watling cocina la comedia a fuego lento

Leonor Watling sale en pantalla y el suflé sube. La madrileña desaparece de la película y la historia se estropea, como mayonesa cortada. La comedia romántica depende, como esta salsa, de una mezcla precisa de ingredientes gracias a una buena mano que atine con el ritmo. Y en la película Amor en su punto, de Dominic Harari y Teresa Pelegri, algunas cosas cuajan, como la actriz. Watling, que cumple 39 años en julio, encarna a una chica que se enamora de un periodista gastronómico, estrella multimedia con cierto aire al chefJamie Oliver. “Los actores no pueden levantar una comedia romántica: esas buenas películas nacen del guion y del montaje. Lo más que hacemos los intérpretes es destrozarla”, ríe Watling. “Son guiones muy difíciles de encontrar. Suena injusto, pero es cierto que el drama permite un poquito más de imprecisión, puede ir menos afinado hasta el montaje; en cambio, la comedia tiene que ir desde su libreto muy ajustada”.

Watling sabe de qué habla, porque ha hecho bastantes personajes en este género. “En el rodaje no sabes cómo está saliendo. Hace unos años rodé If I were you con Marcia Gay Harden. Todo fue bien en su filmación; en la pantalla Harden luce muy bien, aunque el filme se hunde, no remonta”. La actriz mezcla en su charla términos gastronómicos —no para de dar entrevistas sobre recetas y platos, “cuando curiosamente encarno en la película al personaje que no sabe cocinar; soy muy universal comiendo... hasta que salgo fuera y me vuelvo muy Lorca, muy de la meseta”— y musicales: volvió hace menos de un mes de grabar en Los Ángeles el nuevo disco de su grupo, Marlango que se edita en septiembre: es su otra vida artística. “Bajé mi ritmo en el cine porque he sido madre —quería y podía frenar para centrarme en los niños— y la carrera musical me va bien. El cine ya no ofrece tanto como antes. Y está la suerte: nadie vio Lo mejor de Eva”. Confiesa que pesa mucho las cosas, “y si no me compensa en la balanza...”.

Marlango aún sigue de gira con su anterior disco, Un día extraordinario (2012). “A veces es difícil no ser avasallada por Marlango. Es una máquina que va muy rápido, que pide giras, promoción, viajes... Tengo suerte: Alejandro Pelayo, mi compañero, entiende que paremos porque yo voy a hacer una película. Ocurre cuando siento que me muerde un buen guion... y cuando no me aguanto más y puedo escapar de esa sensación encarnando a otra en el cine”.

Jorge Drexler es la pareja de Watling. ¿Cómo hace alguien para componer cuando a su lado está Drexler: le echa de casa, se tapa los oídos? “Cada uno se acerca de manera distinta a la música: yo lo hago desde la melodía y el trabajo con Alejandro. Y tengo claro que ni siquiera voy a empatar con Jorge, uno de los mejores letristas en castellano. En cualquier caso es un momento complicado para componer por la tristeza general que nos invade, que nos atenaza en general, que nos inunda”.

En Los Ángeles Marlango ha estado dos semanas grabando con el argentino Sebastian Krys, conocido por sus producciones de éxito (de Shakira a Lori Meyers). “Hay un gran cambio. Tiene mucha más energía, los temas suenan más fuertes. Krys nos ha apretado y se parece más a nuestros directos que a los discos. A ver qué hacemos en concierto”.