Paradojas temporales por palabras

En el número de septiembre / octubre de 1997 de la modesta revista de información rural Backwoods Home Magazine apareció un enigmático anuncio por palabras: “Se busca persona para viajar en el tiempo conmigo. No es una broma. Deberá traer consigo sus propias armas. Solo he hecho esto una sola vez. La seguridad no está garantizada”. El llamativo texto se convirtió en un meme internáutico, generando un mediático efecto bola de nieve que llevó a Jay Leno a comentarlo jocosamente en su talk show. Trece años después de su publicación, John Silveira, uno de los editores de Backwoods Home Magazine, se confesó autor del excéntrico mensaje: una broma para rellenar una sección de anuncios por palabras que se les había quedado corta. Silveira también desveló que no se trataba de ninguna improvisación: ese texto era, de hecho, el arranque de una novela que había dejado inacabada. El anuncio, al parecer, recibió miles de respuestas, pero quizá la más interesante sea la que propone Colin Trevorow en su primer largometraje: Seguridad no garantizada, una brillante comedia indie que explota todo el potencial narrativo de esas escuetas líneas, al tiempo que formula un lúcido discurso sobre las segundas oportunidades y la melancolía vital del treintañero con déficit de recursos sociales.

En Seguridad no garantizada, un periodista decide indagar, en compañía de dos becarios, lo que hay detrás de ese pintoresco anuncio. Sus pesquisas les llevarán a conocer a su autor, un dependiente de supermercado paranoico y con el corazón roto que, según sostiene, planea burlar el espacio tiempo para salvar de la muerte a un amor perdido. Interpretado por Mark Duplass —uno de los puntales de la sensibilidad mumblecore en su cuádruple condición de actor, director, guionista y productor—, el personaje de Kenneth Calloway, el anunciante cuántico, da la medida de la respetable altura de esta película de apariencia discreta y hondo calado: un auténtico náufrago de la inmadurez, que la película decide no mostrar como un friqui, sino como un alma rota tocada por una potencial peligrosidad.

Sin duda, el falso anuncio que publicó Silveira tenía algo: de él ha salido un personaje perdurable, alma y corazón de una película que ha propulsado a su creador del escaparate de Sundance a la liga del blockbuster. Su próximo trabajo será Jurassic world.