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CRÍTICA | UPSTREAM COLOR
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El espacio interior

Funde y confunde espacios, tiempos, sonidos y texturas y acaba proponiendo algo parecido a un viaje espiritual

Un instante de la segunda película de Shane Carruth, 'Upstream color'.
Un instante de la segunda película de Shane Carruth, 'Upstream color'.

En el año 2004, el matemático e ingeniero de software para simuladores de vuelo Shane Carruth debutó en el cine con Primer, ganadora del Gran Premio del Jurado en Sundance, una miniatura de modesta producción y escueto metraje que proponía un intrincado laberinto narrativo a partir de la historia de dos científicos que construían, sin proponérselo, una máquina del tiempo. Para quienes —como este mismo crítico, sin ir más lejos— no sucumbieron a su poder de fascinación, Primer resultaba una película tan opaca como antipática: una fantasía más propia de un ingeniero que de un poeta.

Tras varios años invertidos en un proyecto finalmente encallado en el limbo de las películas nonatas —A Topiary—, Carruth ha regresado con un enigmático segundo largometraje que reivindica una inesperada condición mística y visionaria frente a la espartana racionalidad de Primer. Extrañísimo objeto capaz de sugerir una fusión imposible entre la escritura acuática de Terrence Malick y la exploración de los espacios interiores de David Cronenberg, Upstream Color combina elementos de ciencia-ficción con melancólico romanticismo, en un conjunto que funde y confunde espacios, tiempos, sonidos y texturas y acaba proponiendo algo parecido a un viaje espiritual con climáticos sacrificios y arriesgados procesos de transferencia.

Carruth que, como en Primer, asume uno de los papeles principales, firma también guion, fotografía y montaje, logrando en este último apartado una sinfonía de imágenes cercana a lo deslumbrante. Upstream Color no es película para todos los gustos: el rechazo visceral puede ser la respuesta más automática a su empeño en refundar el lenguaje cinematográfico, burlar toda convención dramática y no poner las cosas fáciles al espectador, pero su condición de desafiante objeto único también generará localizadas pasiones incondicionales.

UPSTREAM COLOR

Dirección: Shane Carruth.

Intérpretes: Amy Seimetz, Shane Carruth, Andrwe Sensenig, Thiago Martins, Meredith Burke, Cathy Carruth, Frank Mosley, Carolyn King.

Género: Ciencia-ficción.

Estados Unidos, 2013.

Duración: 96 minutos.

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