Artistas en el lugar equivocado
'¡Ay, Carmela!' vuelve a Madrid con el montaje dirigido por José Bornás, con su retrato de la humillación y la inocencia
Esta es la historia de dos artistas que, por equivocación, se pasaron al bando enemigo, y una de las obras teatrales más representadas en España y en el mundo a lo largo de 30 años. También fue la inspiración para una película muy premiada, y una historia sobre la inocencia en tiempos de guerra y la dignidad artística, sobre la independencia y las causas a las que nos debemos. La conocen bien. ¡Ay Carmela! vuelve a la escena madrileña desde este jueves 21 de marzo al 27 de abril en el Teatro Galileo.
La exclamación va por ella; por Carmela (Elisa Matilla), una actriz de variedades que recorre España junto a Paulino (Jacobo Dicenta). El destino hace que yerren sus pasos para llegar a la zona ocupada por los nacionales, a la villa de Belchite, en Zaragoza. Los fascistas italianos los conminan a realizar un espectáculo de burla contra la República, que será visto por el mismísimo Franco y por los miembros de las Brigadas Internacionales que van a ser fusilados al amanecer. Y los vencedores ponen en marcha la tragedia, sea cual sea aquello que hagan los cómicos. Son artistas, así, ¿deben cumplir con su función y además conservar sus vidas? ¿O están los principios por encima de toda exigencia y amenaza? Carmela va a tener muy claro qué escoger.
El texto escrito en 1986 por el dramaturgo y director teatral José Sanchis Sinisterra y que se llevó sobre las tablas por primera vez al año siguiente, fue dirigido por primera vez por José Bornás en 2013, con quien Matilla ha encarnado siempre a Carmela.
José Bornas admite el “sentimiento de responsabilidad” que le ha acompañado al enfrentarse a esta obra que cuenta una guerra fratricida que también ha apelado a la imaginación del público chino o del ruso. Y con ecos cuyas garras se extienden hasta el presente. “En estos momentos la radicalización de la conciencia política por la crisis, la permanente irascibilidad hacen temer que se produzcan crímenes basados en la ideología”, señala.
Y está Carmela, un personaje “más vivo en la muerte” que aun en vida, la describía su creador, Sanchis Sinisterra. “Es uno de los mejores papeles que ha representado Elisa Matilla”, afirma su director, quien asegura que tanto ella como Jacobo Dicenta han abordado sus recreaciones “con descaro, y un acercamiento personal tal que parecen imbuidos por el espíritu de los personajes”.
La escenografía de este montaje se aleja de la desnudez que ha caracterizado los anteriores y propone una visión de la obra más contemporánea. El vestuario por ejemplo presenta algunas “licencias” que lo acercan al tiempo presente; la aparición de un teatro dentro del teatro contribuye a un juego reflexivo y un tablao isabelino, apunta Bornas, “anticipa la tragedia”.
Babelia
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