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China descubre los grabados de Picasso con ‘La suite Vollard’

La colección, compuesta por 100 piezas realizadas por el genio malagueño en la década de 1930, llega al Museo Nacional

Una joven fotografía los retratos de Ambroise Vollard (1937), pertenecientes a ‘La suite Vollard’, de Pablo Picasso.
Una joven fotografía los retratos de Ambroise Vollard (1937), pertenecientes a ‘La suite Vollard’, de Pablo Picasso. J.R.

Los chinos tienen la oportunidad de profundizar desde el viernes pasado en la creatividad de Picasso, el artista español más conocido en el país asiático, a través de una de las obras cumbres del grabado del siglo XX, La suite Vollard. La colección, compuesta por 100 grabados realizados por el genio malagueño en la década de 1930, estará expuesta del 28 de febrero al 28 de abril en el Museo Nacional de China, un edificio de escala superlativa y aires soviéticos situado en la plaza Tiananmen, en Pekín.

"Se trata de una de las aportaciones más importantes que el arte español ha hecho a la Humanidad", aseguró Román Escolano, presidente del ICO (Instituto de Crédito Oficial), en la inauguración de la exposición ante varios cientos de personas en el vestíbulo del museo. El ICO es un banco público español a cuya fundación pertenece la muestra.

Las piezas que integran La suite Vollard fueron realizadas por Pablo Picasso entre septiembre de 1930 y junio de 1936. A las 97 obras que componían el conjunto original, se sumaron, en 1937, tres retratos de Ambroise Vollard, un marchante francés, editor y amigo del artista desde 1901, que da nombre a la colección.

La serie gráfica se articula en torno a varios temas, que van desde las preocupaciones estéticas y la pasión amorosa de Picasso, a las planchas que dedica a su estudio —un total de 46—, el pintor holandés Rembrandt —uno de los grandes maestros del grabado del arte europeo—, los tres retratos de Vollard y la serie de 15 grabados sobre El Minotauro —un animal mitológico con cabeza de toro y cuerpo de hombre—, "que, indudablemente, representa al propio Picasso, seductor e incomprendido", según ha señalado el embajador de España en China, Manuel Valencia, en el acto.

‘La suite Vollard’, Museo Nacional de China.
‘La suite Vollard’, Museo Nacional de China.J.R.

Algunos de los grabados de esta suerte de "diario visual", como lo definió su autor, retratan a la musa y amante de Picasso Marie-Thérèse Walter con poco más de 20 años cuando el artista superaba los 50. Entre las estampas de la colección, figuran Minotauro acariciando a una mujer dormida, Fauno descubriendo a una mujer y Rembrandt y mujer con velo.

Los 100 grabados —con diferentes técnicas (punta seca, buril, aguafuerte y aguatinta)— forman un conjunto en el cual se dan cita la vida íntima, las fantasías y las obsesiones de Picasso, que plasma con tal pureza y clasicismo que le valieron las críticas de amigos y miembros del movimiento surrealista, que temieron que les estaba traicionando.

Picasso integra con Dalí y Miró el trío de artistas españoles más conocidos en China, y suponen un potente imán para una población cada vez más interesada en la creación extranjera, en particular de los grandes maestros, como prueba el gran número de jóvenes que se han acercado al museo a ver la exposición. "Picasso ha tenido una gran influencia en los artistas chinos. Les ha inspirado a desafiar las tradiciones", ha afirmado Lu Zhangshen, director del Museo Nacional del China.

La suite Vollard no fue un encargo del marchante francés sino consecuencia de un trueque, por el cual Picasso cedió los 97 cobres grabados iniciales a Vollard a cambio de un grupo de pinturas propiedad de este que el artista español quería para su colección privada, entre otros, de Renoir y Cézanne. El marchante francés fue el primero que mostró las obras de Cézanne —en 1895—, Picasso (1901) y Matisse (1904), y fue retratado por los grandes maestros de la época.

La edición definitiva de la serie de grabados comenzó a estamparse en 1939. Tuvieron tiradas de unos 300 ejemplares, pero muchos se han vendido sueltos, y hoy hay pocas colecciones completas en el mundo. Una de ellas, pertenece al Museo Británico, que la recibió en 2011 de Hamish Parker, un gestor de fondos de la Bolsa de Londres, que la compró por 1,16 millones de euros. Parker la donó a esta institución en honor a su padre, que era un gran aficionado del museo londinense.

El conjunto que se puede ver en Pekín forma parte de los fondos de arte del ICO, que lo adquirió a un coleccionista estadounidense en 1991. Ese mismo año, la obra se expuso por primera vez entera en España. Desde entonces, ha viajado también a Santo Domingo, Washington, El Salvador, Kiev y Tokio. La muestra Picasso. La suite Vollard sigue a la exposición De Picasso a Barceló. Escultura española del siglo XX, que tuvo lugar el año pasado en el Museo Nacional de Arte de China (Namoc), en Pekín, con un total de 79 obras de artistas como los dos que dieron título a la exhibición, y Gaudí, Chillida, Gris, Gargallo, Oteiza o Leiro. Ambas exposiciones forman parte de los actos culturales de conmemoración del 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y China, el 9 de marzo del año pasado, que finalizan ahora con la elegancia, la poesía y el erotismo de La suite Vollard.

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