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La vida es un reloj de arena

La primera novela del cineasta Fausto Brizzi relata los últimos 100 días de un enfermo de cáncer La obra adopta un estilo a medias entre el drama y la comedia

Tommaso Koch
El cineasta y escritor italiano Fausto Brizzi.
El cineasta y escritor italiano Fausto Brizzi.

En la cuarta página el protagonista muere. Él mismo lo cuenta: “El 14 de julio de 2013 aspiré profundamente y morí”. Así que, superado el shock, mira uno con cierto escepticismo las 400 páginas que tiene por delante. ¿Y ahora qué? La respuesta ya la conocen miles de lectores. Porque Cien días de felicidad, la primera novela del cineasta italiano Fausto Brizzi, arrasó en su país, ya tiene cerrada su adaptación cinematográfica -del propio Brizzi-, fue objeto del deseo de los editores de medio mundo en la última feria de Fráncfort y ha sido vendida ya a más de 20 países. Entre ellos, España, donde Planeta la publica estos días.

“Es la historia de un hombre que descubre que su vida quedará en la mitad de lo que se esperaba y de cómo intenta transformar ese final trágico en uno feliz”, asegura Brizzi (Roma, 1968), sentado en un taburete de su envidiable loft romano. A sus espaldas, un aún más envidiable cine en miniatura, con sillones y maxipantalla. Dan ganas de autoinvitarse algún día a ver una película. Alrededor, estanterías repletas de cómics. Y, ante el director, el exquisito desayuno que acaba de traer: donuts.

La elección no es casual: es la favorita de Lucio, el protagonista de la novela. Y también de Brizzi, ya que personaje y creador son prácticamente idénticos. “Todo lo que dice, piensa y hace: siempre soy yo”, aclara el escritor. Salvo por una diferencia, gigantesca: Lucio sufre un cáncer terminal. De ahí el título del libro, una cuenta atrás que marca el calendario del protagonista. Desde que Lucio descubre al “amigo Fritz”, como bautiza al tumor, decide aprovechar como sea lo que le queda. Así, cada capítulo es un himno a la vida y un paso más cerca del abismo. -100. -99. -53. -1… “No consigo escribir si el tema no es universal, pero el cáncer lo es, está en el salón de nuestras casas. Empecé a preguntarme: ‘¿Cómo lo afrontaría?”, relata Brizzi.

El resultado es una mezcla de estilos. Pese a que su cine se decanta por la comedia, en Cien días de felicidad hay alivio y dolor, risas y lágrimas –el autor mismo lloró en dos puntos-. Hay gamberradas con los amigos y momentos íntimos de Lucio con su mujer y sus hijos. Brizzi baila por una frontera peligrosamente sutil: entre lo conmovedor y lo pasteloso. Aunque era un riesgo consciente: “Tenía miedo. Siempre buscaba alternar los tonos. Si un día me había pasado con lo melodramático, introducía algo divertido al día siguiente”.

Más allá de sus bromas melancólicas, el libro también quiere lanzar mensajes serios. A favor de la eutanasia, por ejemplo. Y contra el sensacionalismo de ciertas curas. “Si te toca a ti siempre piensas que habrá una solución, que te salvarás. Pero la poción mágica no existe”, expresa su realismo Brizzi. Y lo dice porque ha visto gente cercana morir consumida por un cáncer.

Tanta tristeza, en realidad, encaja poco con el currículo de Brizzi. En Italia, es famoso por sus comedias exitosas y por ser guionista de muchos cinepanettoni: taquillazos navideños que mezclan gags simplonas y mujeres desnudas. Tanto que hay quien les achaca parte de la culpa de la decadencia cultural del país. Brizzi no, obvio: “Es un tipo de cine que siempre se ha hecho, para reírnos de nosotros mismos. Sus protagonistas por desgracia representan al italiano medio”.

Otra insinuación sobre el cineasta es que escribe los discursos del nuevo presidente del Gobierno, Matteo Renzi. “Es falso. ¡Si es de los pocos políticos que improvisa! Lo que es cierto es que somos muy amigos”, añade Brizzi. Y que ha rodado varios vídeos promocionales del exalcalde de Florencia. De ahí que su análisis no pueda ser imparcial: “Matteo no busca una colocación. De verdad se ha dado una misión”. De hecho, el premier acaba de prometer "cien días de lucha dura para cambiar". Italia espera que sean, también, cien días de felicidad.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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