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Aprender a...

Soñar. Hablar. Llorar. Las lecciones más básicas han sido impartidas en EL PAÍS por el equipo de la película 'Gente en sitios'

Edu aprendió a llorar. Kiko a escuchar. Álvaro a andar. Y los demás, a reír. Desvergüenza y buen rollo es lo que ha flotado en la sala de encuentros de EL PAÍS. Raul Jiménez El profesor, Jacinto Salgado El Juez y Juan Cavestany el director, tanto de la improvisación como de la película que la inspira, Gente en sitios, a la venta con EL PAÍS desde este sábado y durante cuatro semanas por 9,95 euros. El trío de esta experiencia surrealista en celuloide que cuenta con un reparto de 80 actores —Maribel Verdú y Santiago Segura entre ellos— enfrentó a un público de 40 personas, actores también en su mayoría, con una clase de aprender lo más básico tras elegir las mejores propuestas de una convocatoria en Facebook.

Edu por ejemplo aprendió a llorar, bajo las precisas instrucciones de Raul Jiménez. Aprieta las mandíbulas, cierra con fuerza los ojos, gime un poco. Y echa agua por los ojos. "¿Y cómo se hace eso?", le preguntó a Jiménez el estresado Edu.

Estrés es lo que quería despertar Juan Castevany en Paula, que se sometió voluntariamente a la tortura ante el público y las cámaras. Estrés y mala leche, porque lo que Paula se declaró incapaz de cabrearse. "Piensa algo que te ponga de muy mala leche, ¡de muy mala leche! Algo que no te guste de tu vida". "Pero es que todo es positivo. Me encanta mi vida". Ante este caso desesperado, Raul Jiménez optó por darle a Paula un baño (helado) de realidad. Le recordó el desespero de los desahucios, de ventanas que se abren al abismo. Pero eso puso a Paula triste, no furiosa. De pronto, la propia Paula encontró la solución. "Me caen muy mal esos que me miran en el metro con cara de que estoy loca", explicó, con la primera mueca de disgusto creíble. "¡Pues venga, piensa que todos estamos en el metro, mirándote a la cara!". Y ahí Paula estalló: "¡Os odio a todos, joder! ¡Que no me miréis! ¡Que no estoy loca!". Luego, aplausos del público. Y un siete del juez de la función, Jacinto Salgado.

Kiko regaló un momento mágico. Su lección, aprender a escuchar. "Entonces, ¿sabes escuchar?". Mirada vacía de Kiko a Raúl. "¿Sabes escuchar?". Misma mirada. "¿Sabes...". Y de pronto Raúl se da cuenta de que Raúl, efectivamente, no escucha, que a eso ha venido, a aprender. Después de mucho leer los labios y abrir las orejas, un lento entrar en el mundo de los sonidos. Primero el zumbido del ventilador. Luego las risas. Y, para coronar, los aplausos. Al final, la misma pregunta. "¿Sabes escuchar?". Pero ahora Kiko sí pudo responder: "Sí".

Al final, la película en DVD bajo el brazo, charla con los actores y el director y una última lección. Aprender a decir patata. Jacinto Salgado decidió ponerle a toda la tarde "un 9, porque lo hemos pasado bien, que de eso se trataba".

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