‘La gran estafa americana’ triunfa en los Globos de Oro

Muchos críticos consideran a David O. Russell uno de los directores más sobrevalorados de Hollywood. Eso no es lo que cree la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood, que le ha otorgado la pasada madrugada a su último trabajo, La gran estafa americana, tres de sus Globos de Oro: mejor comedia o musical, mejor actriz protagonista (Amy Adams) y mejor secundaria (Jennifer Lawrence). Ninguna otra película fue capaz de acumular tantos galardones: solo se acercó Dallas buyers club con dos Globos: a mejor actor en drama (Matthew McConaughey) y mejor secundario (Jared Leto). Fueron dos de dos. El resto se repartió mucho gracias a la diferencia que han creado estos premios en cine entre drama o comedia y musical. El mejor drama fue para 12 años de esclavitud, de Steve McQueen (de siete candidaturas, solo se llevó este premio, lo mismo que le pasó en 2007 a Babel). La mejor actriz en drama fue Cate Blanchett por Blue Jasmine, de Woody Allen, director que además recibió el homenaje de la noche. Por supuesto, el neoyorquino no estaba en Los Ángeles, y en su lugar salió Diane Keaton. Con la confianza que le dan haber compartido ocho rodajes y una relación sentimental, la actriz acabó cantándole su cariño a Allen.

Leonardo DiCaprio logró su segundo Globo de Oro gracias a El lobo de Wall Street, un proyecto por el que ha estado batallando seis años, en el que reclutó a Martin Scorsese, al que considera su mentor, y aprieta así la carrera a los Oscar. El actor llamó la atención desde el escenario sobre uno de los debates de la noche: ¿quién decide qué es drama y qué es comedia? Este año, en la 71ª edición de los Globos, las cinco películas que competían en comedia o musical no eran cómicas y solo A propósito de Llewyn Davis podía acercarse a una ligera calificación de musical.

En mejor dirección, Alfonso Cuarón vio recompensado su esfuerzo por Gravity, y en su discurso se rio de su acento en inglés, que provocó situaciones cómicas en el rodaje. Spike Jonze recogió la estatuilla al mejor guion por su trabajo en Her, y dos dramotes como Cuando todo está perdido y Mandela: del mito al hombre se tuvieron en contentar con los premios a mejor banda sonora —de Alex Ebert— y a la mejor canción, Ordinary love, de U2, que salieron al escenario. Porque puede que los premios que reparten los no más de setenta miembros de la asociación no sean reveladores en su calidad, pero sí son capaces de juntar a todas las estrellas posibles. Y excepto Al Pacino (candidato en el apartado televisivo), el resto de los candidatos de postín estaban sentados en la cena en el hotel Beverly Hilton, mientras Tina Fey y Amy Poehler, las presentadoras, se burlaban de la cantidad de alcohol que se trajinaba entre las mesas.

Hubo dos películas que salieron muy mal paradas de esta gala: tanto Nebraska, de Alexander Payne, como A propósito de Llewyn Davis, de los Coen, se fueron de vacío. Finalmente Frozen fue considerado el mejor largometraje animado, y el italiano La gran belleza, de Paolo Sorrentino, mejor filme de habla no inglesa, derrotando a La vida de Adèle, y dejando claro lo importante que es la promoción: Sorrentino lleva semanas en Estados Unidos allanando su camino al Oscar.

Curiosamente, si en la parte televisiva los intérpretes veteranos se llevaron sus galardones, en cine ni Meryl Streep ni Bruce Dern ni Judi Dench ni Robert Redford lograron el galardón por el que competían. Una de las jovenzuelas triunfadoras, Jennifer Lawrence, también fue la reina de las redes sociales digitales, cuando multitud de internautas decidieron burlarse de su vestido y fotografiarse con todo tipo de imitaciones. Hasta la misma Lawrence tuiteó desde su cuenta las mejores caracterizaciones.