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OBITUARIO

Alain Buffard, coreógrafo y figura de la nueva danza francesa

Fue comparado con Jéròme Bel y La Ribot, por su uso iconoclasta del cuerpo

El bailarín y coreógrafo Alain Buffard.
El bailarín y coreógrafo Alain Buffard.MARC DOMAGE

El bailarín y coreógrafo Alain Buffard, una de las figuras más presentes, rupturistas y notorias de la nueva danza francesa, murió el pasado sábado 21 de diciembre a la edad de 53 años. Había nacido en Le Jura en 1960 —a su casa natal regresó a morir— y comenzado a estudiar danza en 1978 con Alwin Nikolais en el Centro Nacional de Danza y Coreografía de Angers, germen de muchas de las figuras de la primera generación de la danza contemporánea gala. Ya en la década de los ochenta Buffard se convirtió en un bailarín sobresaliente en varias compañías de primera línea, como las agrupaciones de Daniel Larrieu (Marsella, 1957) y Brigitte Farges, de quien fue asistente y bailarín y con quien volvió a colaborar en 2013. En aquella época de gran efervescencia creativa también apareció en montajes de Régine Chopinot y Philippe Decouflé, siendo en 1988 el despegue de Buffard como coreógrafo con la pieza Bleu nuit.

Fue muy importante en su carrera el encuentro en 1993 con la artista minimalista norteamericana Ivonne Rainer (San Francisco, 1934), feminista muy activa y radical que le influyó notablemente y marca su estética, ya presente en el solo Good boy (1998), redacción performativa autobiográfica donde expone un cuerpo frágil atravesado por la enfermedad. Años más tarde, en Mauvais genre (con varios coreógrafos y bailarines de nueva generación) volvió sobre la misma temática y estructura en el Festival Internacional de Danza de Montpellier, evento del sur de Francia con el que colaboró en múltiples ocasiones. Allí tuvo una de sus últimas actividades en la Sala Béjart de Agora junto a la crítica y analista de danza Chantal Aubry en un diálogo público.

En 1999 produjo INtime / EXtime y More et encore. Ya en 2001 escora su creación hacia el terreno de la no-danza, creando Dispositif 3.1, especie de decálogo de su estética y presupuestos teóricos en una reagrupación escénica que contempló a artistas como Anne Laurent (también formada en Angers), la italiana Claudia Triozzi (Vimercati, 1962) y la historiadora de la danza Laurence Louppe, remontando una segunda versión Good Boy, pieza que le había dado fama y afianzado su personalidad teatral. Varios estudios críticos señalan que en Buffard estaba muy presente la influencia de Anna Halprin, pionera de la danza conceptual a la que había encontrado en 1996, y frecuentemente se le comparó con figuras como Jéròme Bel y La Ribot, con un uso iconoclasta y atrevido del cuerp o, entendiéndolo como parte de un rol social muy activo en una escena no convencional.

Alain Buffard preparó en 2002 y por fin montó en febrero de 2003 la exposición Wall dancin’ / Wall fuckin’ en la Chapelle Fromentin de La Rochelle y que llevó Le Quartz de Brest en marzo del mismo año. Esta propuesta tuvo mucha repercusión y viajó en agosto de ese año hasta el festival ImpulsTanz de Viena y el teatro de la Villa de París.

Francia pierde a “un inmenso

En 2005 recibió el Gran Premio de la Danza del Sindicato de la Crítica francesa por su obra Les inconsolés. En 2006 presentó un largo filme My lunch with Anna, con Anna Halprin. Siempre activo en el campo de las exposiciones, pues había regentado una galería de arte en sus comienzos, fue en 2004 el comisario junto a Larys Frogier de la muestra Campy, Vampy, Tacky en el centro de Artes La Criée de Rennes. Volvió a Viena en 2005 con otra exposición: Umstellung / Umwandlung ideada para el Teatro Tanz Quartier.

Tras una muestra en Fresnoy, en 2008 le llegaría una especie de consagración y resumen de todas sus búsquedas alrededor de la danza, la música y la voz humana en la pieza (Not) a love song, estrenada en el centro Georges Pompidou de París.

Desde 1998 mantuvo su propia compañía, fundada en Nimes y con la que llegó a realizar 14 producciones. Al conocer su temprana y repentina muerte, la ministra de Cultura de Francia, Aurélie Filippetti, declaró que se perdía a “un inmenso poeta de la escena”. Sus tres últimas coreografías fueron SESA (2009), Tout va bien (2010) y Baron samedi (2012), que se había estrenado en abril de ese año en el teatro de Nimes. Alain Buffard se presentó por primera vez en España en La Fundición de Bilbao en noviembre de 2001; después en octubre de 2008 debutó en el teatro Central de Sevilla, con una pieza donde participaba Vera Mantero. Por fin en 2009 fue programado dentro de un ciclo especial de vídeos en el festival Madrid en Danza. El Ballet de la Ópera de Lyon mantiene en cartel estos días su pieza más emblemática: Mauvais genre # 10.

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