Gary Cooper: el hombre normal
El secreto del actor norteamericano residía en que representaba mejor que nadie al ciudadano medio
El secreto de Gary Cooper residía en que representaba mejor que nadie al americano medio, un hombre normal y corriente que podía convertirse en héroe si así lo requería la situación. Quizá por eso daba la impresión de que no actuaba, sino que vivía en las pantallas de cine. Fue su compañero John Barrymore quien resumió perfectamente esta sensación cuando dijo que Cooper era el mejor actor del mundo porque podía lograr, casi sin esfuerzo, algo que el resto de intérpretes tardaba años en aprender: actuar con naturalidad.
Frank James Cooper nació en la pequeña ciudad de Helena, en el estado de Montana, en 1901. Tuvo una buena educación, incluso estudió en Inglaterra. Se le daba muy bien dibujar y se matriculó en Bellas Artes. Compaginó sus estudios trabajando en el rancho de su padre hasta que decidió viajar a Los Ángeles para intentar vender sus dibujos a los periódicos de la ciudad.
Como montaba bien a caballo, comenzó haciendo de cowboy como extra en una decena de pequeñas películas. En 1926 le dieron un papel en Flor del desierto y la Paramount le ofreció su primer contrato profesional. Luego fueron llegando los éxitos, títulos como Marruecos, junto a Marlene Dietrich, Adiós a las armas, Tres lanceros Bengalíes, Beau Geste, La octava mujer de Barba Azul, Juan Nadie o Bola de fuego, en la que interpretaba a un entrañable y despistado profesor que se enamora de la chica de un gángster.
Su elevada y esbelta estatura, su voz tranquila y la lentitud de sus movimientos le hacían muy cercano y querido por el público. Tanto en westerns como en comedias, dramas o películas de aventuras, Gary Cooper solía interpretar a un hombre sencillo, incluso un poco ingenuo, carente de maldad. En 1941 protagonizó El sargento York, un film dirigido por Howard Hawks por el que ganó su primer Oscar.
Fuera de las pantallas tenía fama de gran seductor. En 1933 se casó con Verónica Balfe, que actuó en varias películas con el nombre de Sandra Shaw. Con ella tuvo una hija llamada María pero a lo largo de su vida mantuvo romances con actrices como Clara Bow o Lupe Velez. También tuvo una larga relación con Patricia Neal, su compañera de reparto en otra de sus mejores películas, El manantial, dirigida por King Vidor, una aventura que terminó cuando la esposa de Cooper se negó a concederle el divorcio.
En el campo político Gary Cooper era bastante conservador. Fue miembro de la asociación anticomunista de Hollywood pero esto no le impidió mantener una buena amistad con Picasso o con Ernest Hemingway. En 1943 protagonizó en el cine una de las obras más conocidas de este escritor, ¿Por quién doblan las campanas?, ambientada en la Guerra Civil española, dirigida por Sam Wood y en la que interpretaba a un brigadista norteamericano. A pesar de sus ideas, cuando fue llamado a declarar por el Comité de Actividades Antinorteamericanas, se negó a delatar a ningún compañero de profesión.
En los años 50 Gary Cooper siguió protagonizando grandes películas como Veracruz o La Gran Prueba pero, sin duda, el film que le dio más fama, y uno de los más recordados de toda su filmografía, es Solo ante el peligro. Gracias a él Gary Cooper ganó su segundo Oscar como mejor actor.
Pero su salud comenzaba a deteriorarse. Se le diagnosticó un cáncer de próstata y estuvo tratándose durante varios años. En 1961, ya a las puertas de la muerte, recibió un tercer Oscar, esta vez honorífico, como reconocimiento a una de las carreras cinematográficas más importantes de la historia del cine. Murió el 13 de mayo de 1961 en Los Ángeles a los 60 años.
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