La alpaca peruana abriga la noche de Washington
Los productores de Cuzco pretenden expandir este tejido fuera de Perú y fomentar el desarrollo de esa región
Es miércoles por la noche e Inés Callañaupa se pasea con su montera roja, a juego con su chompa colorada, y con su falda de bayeta negra orlada por los pasillos del lujoso hotel Grand Hyatt de Washington con la misma soltura con la que lo haría por las calles de Chinchero, en Cuzco (Perú). Si Callañaupa es consciente del contraste que su atuendo típico cuzqueño provoca entre los trajes, los tacones de aguja y los vestidos de cocktail en los que están enfundadas las personas que se apelotonan en su puesto de prendas artesanas, no lo deja percibir. Además de atender a las ventas, Callañaupa tiene otras cosas que atender, como la puesta a punto del desfile de moda peruana que está a punto de empezar y que es el motivo que la congrega a ella y a los curiosos que rebuscan entre los ponchos y roanas que exhibe.
Callañaupa forma parte de una delegación de 10 fabricantes y varias diseñadoras de moda que se han trasladado a EE UU, de la mano de la Cámara Textil Exportadora de Cuzco (CATEX), para promocionar el tejido de la alpaca en este país. Además de Washington, los productores van a visitar, a lo largo del jueves y el viernes, Nueva Jersey y Nueva York para buscar clientes, conocer los gustos de los estadounidenses y, sobre todo, dar a conocer uno de los productos bandera de Perú.
Del mismo modo que la gastronomía peruana y el pisco han logrado arraigar en la cultura culinaria de EE UU, los fabricantes de alpaca esperan introducir con el mismo éxito un tejido que “es como una segunda piel, si tienes frío te da calor, pero si tienes calor, rechaza el calor externo y evita esa sensación de asfixio”, explica a EL PAÍS Ronald García Castelo, presidente de CATEX.
Con su visita a EE UU, en la que los empresarios y las diseñadoras se han reunido con mayoristas y minoristas estadounidenses y peruanos que residen en este país, los fabricantes no sólo esperan ampliar sus exportaciones sino fomentar el desarrollo de Cuzco y mejorar las condiciones de los pequeños productores de la zona andina, pobre y sin muchos recursos.
“Esta iniciativa nos va a proporcionar trabajo y así nosotros podremos ofrecer empleo a las comunidades de Cuzco”, explica Callañaupa. Ella está en Washington en calidad de representante del centro textil Awana Llaqta, una organización de mujeres de la provincia de Chinchero, que dispone de web propia y página de Facebook. En Perú hay aproximadamente un millón y medio de alpacas de las que viven directamente 120.000 familias, según datos de la oficina de Comercio e Inversión de Perú (PROMPERÚ).
“Sólo 35.000 familias comercializan y producen el tejido proveniente de esos animales, el resto las utiliza para fines propios, como el autoconsumo o el comercio a nivel local”, explica Juan Luis Reus, responsable de PROMPERÚ. Las familias poseen de media unos 10 a 12 alpaca y con esta cantidad es imposible que puedan recibir ayudas para poder explotar la producción de esa fibra. CATEX está promoviendo el asociacionismo dentro de las comunidades para poder percibir apoyo económico y tener un mayor acceso a los mercados. Con su aventura estadounidense, pretenden ampliar la explotación de la alpaca y aumentar el número de cooperativas. “Esperamos que esta experiencia inspire a otros en Perú a organizarse del mismo modo y ayude que esta fibra se coloque en los mercados mundiales”, señala Reus.
La iniciativa no sólo aspira a promover la producción del tejido de alpaca, sino el diseño peruano a partir de este tipo de fibra. El desfile presentó modelos modernos y urbanos, alejados de cualquier remedo étnico que suele asociarse cuando se alude a ropa peruana. Entre las creadoras se encontraban Itala Testino -por partido doble, son tía y sobrina respectivamente-, Grethel Gonzales o Varignia García, que ya se han abierto mercado en el diseño de alpaca en EE UU.
La moda peruana, sin embrago, no es del todo desconocida en las pasarelas, el prestigioso fotógrafo Mario Testino (el tío y hermano de las Itala Testino), llamó la atención sobre el potencial de esta industria en un número de la revista Vogue. Se trata de un nicho que los empresarios peruanos quieren explorar y la iniciativa de CATEX es sólo una muestra. Japón ya ha pedido que repetir el desfile de alpaca allí.
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