Europa desembarca en Segovia
La muestra de cine MUCES lleva a la ciudad castellana una selección de películas del continente basada en la excelencia
¿Qué tienen en común películas como Orgullo y pasión (Stanley Kramer, 1957), El Cid (Anthony Mann, 1961), Lawrence de Arabia (David Lean, 1962), Doctor Zhivago (David Lean, 1965) Patton (Franklin J. Schaffner, 1970), El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973), Las bicicletas son para el verano (Jaime Chávarri, 1985), La ardilla roja (Julio Medem, 1993), El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006) o Las trece rosas (Emilio Martínez Lázaro, 2007)? Todos estos filmes fueron rodados en la provincia de Segovia o en su capital. Y de esta tradición de “ciudad de cine”, como explica su director Eliseo de Pablos, bebe la octava edición de la Muestra de Cine Europeo Ciudad de Segovia, MUCES, la única junto con Sevilla que se ocupa de la cinematografía del continente en España, y que se celebra estos días hasta el 19. Fuera de este certamen se quedan las alfombras rojas o las poses destinadas al más allá. “Nuestra singularidad reside en mostrar lo mejor sin presiones, sin premios, un equilibrio entre esas películas no estrenadas comercialmente aún en España y otras de altísima calidad que no van a ser distribuidas. Filmes de éxito por el público o por la crítica”, relata De Pablos.
Pero la historia de un festival de cine europeo en Segovia va mucho más allá del enorme plató en que la ciudad se ha convertido durante décadas porque allí “se puede pasar del bosque tupido a la meseta castellana, de la arquitectura medieval a la renacentista o barroca”, prosigue el director de la muestra. Está esa ligazón que se creó con la industria por los muchos trabajos que para los segovianos proporcionaron los rodajes. Al mismo tiempo, antes de que llegara la democracia nació la Semana Cultural Cinematográfica que pudo rescatar películas atrapadas en los engranajes de la censura franquista. “Se iba a la Dirección General de Cinematografía a negociar, muchas veces con complicaciones…”, dice De Pablos que lo vivió en primera persona. Y enumera títulos como La escopeta nacional de Luis García Berlanga, Tamaño natural del mismo director, Jesucristo Superstar de Norman Jewison, o Novecento de Bernardo Bertolucci, que fueron proyectados por primera vez en el teatro-cine Cervantes con “esa adrenalina” que provocaba la libertad.
MUCES cuenta con una sección oficial que incluye 26 títulos entre los que destacan la rumana La postura del hijo, ganadora del último Oso de Oro de Berlín; Historia de mi muerte, de Albert Serra que se hizo con el máximo galardón en el histórico festival de Locarno; Quai d’Orsay de Bertrand Tavernier, ganadora del premio FIPRESCI de los críticos en San Sebastián; La herida, de Fernando Franco, Premio Especial del Jurado en esta misma cita y el filme también presentado en este festival Le Week-End, de Roger Michell, cuyo protagonista Jim Broadbent logró la Concha de Oro al mejor actor; El gran cuaderno, Globo de Cristal a la mejor película en el 48º Festival Internacional de Cine Karlovy Vary o la checa Mi perro asesino, mejor película en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam. Un seguimiento de unas 350 películas desde febrero, según el director de MUCES, ha llevado a este programa, al que se suma la lista completa de los 10 filmes que conforman la selección oficial de los premios LUX —solo mostrados en su conjunto en Segovia de entre los festivales europeos— que concede el Parlamento Europeo, entre ellos, los finalistas Alabama Monroe (Bélgica), Miele (Italia) y The selfish giant (Reino Unido).
Son 91 películas en 154 proyecciones que se reparten entre Una de las nuestras, sección dedicada al cine español, Lo nunca visto, que se concentra en aquellas películas que difícilmente llegan a las salas, Rodada en Segovia, Cine Documental, y Proyecciones, con un recuerdo al cineasta Eduardo García Maroto. Además de su presencia fuerte en la sección oficial con filmes como Centro histórico, historias de la celebración de la ciudad de Guimarães en el norte de Portugal bajo la dirección de Pedro Costa, Manoel de Oliveira, Víctor Erice y Aki Kaurismäki, MUCES realiza una retrospectiva del cine portugués con otro aditivo: una sección que plasma la relación entre el Nobel José Saramago y el cine, con la proyección del documental José y Pilar, de Miguel Gonçalves, películas basadas en sus obras, y largos de dos de sus cineastas favoritos, Ingmar Bergman y Bernardo Bertolucci, con Fresas salvajes y Novecento. Pilar del Río impartirá asimismo una charla sobre esa relación entre quien fue su compañero y el cine.
Proyectos de pedagogía como La mirada necesaria, duelos de vinos blancos portugueses y segovianos, conferencias, conciertos, exposiciones… completan esta fiesta del cine, que rinde además por primera vez homenaje a un actor: Emilio Gutiérrez Caba, un intérprete “todoterreno” sin el debido reconocimiento, indica Eliseo de Pablos.
Este festival con “pocos medios” que ha visto cómo se han recortado los apoyos busca que nadie se quede sin asistir por el precio. Las películas de la sección oficial cuestan dos euros la entrada, y las finalistas del LUX y el resto de la programación es gratis. Está otro factor. “Los espectadores no pueden ver muchas películas que les interesan simplemente porque no las ponen”, indica De Pablos, que lo achaca a la manera en que ahora se ensamblan la producción y la distribución “con más del 80% en manos de las multinacionales”. “El cine se tiene que enfocar como una industria. Hay propuestas españolas hechas con pocos recursos que ganan certámenes internacionales de primer nivel”, agrega.
Babelia
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