La reforma ortográfica
Propuesta para eliminar ocho letras del español y crear tres, incluida en la novela 'Casablanca la bella', último libro de Fernando Vallejo
Y mi reforma ortográfica, señorías, que en esencia es la que propuso en el Siglo de Oro Gonzalo Correas (quien escribía «Korreas») pero acomodada a la realidad actual del idioma, la de que los hispanoamericanos hoy por hoy somos sus dueños, va así: «Casa» con ka de «kilo»: «kasa». «Queso» con ka de «kilo» y sin u: «keso». «Aquí» con ka de «kilo» y sin u ni tilde: «aki». «Cielo» con ese de «suelo»: «sielo». «Zapato» con ese de «suelo»: «sapato». «General» con jota de «joder»: «jeneral». «Guerra» con ge de «ganas» pero sin u: «gerra». «Güevón» con u sin diéresis ni tilde: «guevon». «Burro» con be de burro: «burro». «Vaca» con be de burro: «baca». «Hijueputa» sin hache: «ijueputa». Nuestras tres letras dobles con sonido sencillo, que son la che, la elle y la erre, se escribirán respectivamente s, l y r. Y así tenemos: «Chapa»: “sapa”, con ese africada postalveolar sorda y sin hache. «Caro»: «karo» (como para decir que las prepago están muy «caras») con ka y ere suave. «Carro» (como para decir que las prepago quieren carro): «karo», con ka y erre dura. «Río» se escribirá «río», con erre dura. «Cigarro» se escribirá «sigaro», con ese y erre dura. «Loco» se escribirá «loco» con ele normal. «Llama» se escribirá «lama», con ele rara. «Calle» se escribirá «kale» con ka y ele rara. «Yegua» se escribirá «legua» con ele rara. La ye de «el hombre y la mujer» irá con i latina: «el hombre i la mujer». «Wagneriano» se escribirá «bagneriano». «Examen» se escribirá «ecsamen». Se suprimen pues, señorías, la ce, la hache, la cu, la ve, la ve doble, la equis, la ye, la zeta, las tildes y la diéresis; a Dios se le quita la mayúscula y se les pone a tres letras viejas tres rayitas como la de la eñe, pero abajo en vez de superpuestas. Ahora, que si en vez de las tres letras con las rayitas ustedes prefieren signos nuevos, adelante, a dibujarlos, señorías, soy todo ojos y oídos. Voilà tout. Verán como desbancamos al inglés. Y no me explayo, señorías, porque me voy corriendo a Casablanca a ver qué desastre me hicieron.
—Un momento, no se vaya, una pregunta...
—¿Qué duda hay?
—¿Y España, donde pronunciamos «zielo» y «zapato», qué?
—¡Que se joda España!
—¿Y Gonzalo Korreas, que escribía «Gonzalo» con zeta?
—¡Que se joda Gonsalo Korreas!
Y punto, carpetazo. El español acaba de perder la zeta y de ganarme a mí. Vuelta pues atrás a los fenicios y a los griegos, a un signo por cada sonido. Donde nosotros tenemos la c, la k y la q con u los griegos sólo tenían la kappa. Y donde nosotros tenemos la b y la v, los griegos sólo tenían la beta. Y como fue volverá a ser en cumplimiento de la revolución inmóvil priista que guiará en adelante al mundo. Ortografía fonética sin resabios etimológicos, señorías. A este idioma le sobran ocho letras y al hombre dos tetas.
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