Mesías de la filtración
El último trabajo de Bill Condon, aproximación a la figura de Julian Assange, es una de esas raras películas que llevan incorporadas su crítica
El último trabajo de Bill Condon, aproximación a la figura de Julian Assange y al punto de inflexión en la historia del periodismo que supuso el escándalo de las filtraciones de Wikileaks, es una de esas raras películas que llevan incorporadas su propia crítica: una vez terminado el relato, el magnético Benedict Cumberbatch, en la piel del protagonista, ocupa la pantalla en el curso de una hipotética entrevista y, a través de un calculado juego de silencios, sobreentendidos y miradas fuera de campo, deja clara su sentencia (desfavorable) sobre la objetividad y la pertinencia del proyecto. Un gesto autoirónico que no enmascara las insuficiencias del conjunto, pero en el que resulta palpable el placer del actor a la hora de enfundarse la disfuncional piel de Assange: el recital interpretativo de Cumberbatch, a un paso de la sobreactuación, es la mayor fuente de espectáculo en esta película que reduce un complejo cambio de paradigma a un digest con el brutal esquematismo de un viejo telefilme.
Basada en los libros Wikileaks y Assange, de David Leigh y Luke Harding, y Dentro de Wikileaks: mi tiempo con Julian Assange en la web más peligrosa del mundo, del antiguo colaborador de Assange Daniel Berg —cuyo papel encarna en la película Daniel Brühl—, El quinto poder arranca con la tensa espera en las redacciones de los periódicos antes de lanzar la bomba de las filtraciones —solo se mencionan The Guardian, The New York Times y Der Spiegel— para, a partir de ahí, construir el retrato contradictorio de una figura situada entre el activista y el visionario, un corredor de fondo descrito con sus luces, pero, sobre todo, sus sombras, que acabará despreocupándose de posibles daños colaterales en pos de su misión casi mesiánica.
EL QUINTO PODER
Dirección: Bill Condon.
Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Daniel Brühl, David Thewlis, Peter Capaldi, Carice Van Houten.
Género: biopic. Estados Unidos, 2013.
Duración: 128 minutos.
Después de la compleja e inagotable La red social y de la completamente desnortada Jobs, la llegada de El quinto poder permite casi contemplar un patrón secreto en todas estas aproximaciones biográficas a los iconos de la revolución digital, atrapados siempre en historias marcadas por la traición de viejas fidelidades y la descripción de comportamientos sociales lindantes con lo patológico.
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