Exterminio

Hace unas semanas el director francés Bertrand Tavernier manifestó su asombro ante las decisiones de nuestro ministro de Cultura respecto al cine español. Lo hizo cuando se encontraba en el festival de San Sebastián, y ahora ha sido el joven actor estadounidense Elijah Wood quien, en el festival de Sitges, ha mostrado su estupor al ver cómo este Gobierno “se está cargando el cine español”. No es de extrañar que los cineastas extranjeros estén perplejos ante lo que ocurre en España, ellos y tantos otros, mientras que por otra parte están viendo cómo las películas españolas siguen exhibiéndose con éxito por medio mundo. Ahora mismo, sin ir más lejos, en el festival de Los Ángeles, y hace un par de semanas en los de Toulouse y Luchon; el mes que viene en los de Marsella y Avignon, y cada mes en la capital francesa en la curiosa manifestación Espagnolas en París, que lleva ya años insistiendo en abrir mercados en Francia a concretas películas españolas. Y lo hacen muy bien.

Estos festivales suelen ser iniciativas puestas en pie por grupos de admiradores del cine español que quieren disfrutarlo, lo cual requiere involucrarse en difundirlo internacionalmente… y lo hacen con brío a pesar de las escasas o inexistentes ayudas oficiales que reciben, como se puede ver. Por ejemplo, el Cinespaña de Toulouse, que lleva ya 18 ediciones difundiendo nuestras películas (este año ha premiado Los ilusos, de Jonás Trueba), solo ha recibido como ayuda del ministerio español de Cultura la escalofriante caspa de 1.000 euros. Mil euros que se han redondeado con alguna otra exigua ayuda del Instituto Cervantes, y poco más. Aun estando en época de crisis, es obvio el contraste entre tantos dispendios oficiales frente a los que este mismo empecinado Gobierno regatea contra el cine español y en este caso a su promoción internacional. Rajoy y su Gobierno están haciendo méritos para pasar negativamente a la Historia por muchas cuestiones esenciales, pero también por su “riguroso plan de exterminio del cine español” , como Pedro Almodóvar ha denunciado públicamente esta semana, siendo su voz traducida a lenguas de medio mundo. Ya es un clamor.