_
_
_
_
OBITUARIO

António Ramos Rosa, poeta portugués

Autor de una extensa obra, fue además ensayista, traductor y promovió las vanguardias literarias

Antonio Jiménez Barca
António Ramos Silva, poeta portugués.
António Ramos Silva, poeta portugués.LUIS FORRA (EFE)

El pasado 23 de septiembre falleció en un hospital de Lisboa, a causa de una infección respiratoria, el ensayista, traductor pero, sobre todo, poeta portugués António Ramos Rosa. Estaba a punto de cumplir 89 años. Los periódicos y telediarios portugueses se llenaron con el rostro barbudo de Ramos Rosa y de necrológicas en las que se ensalzaba, sobre todo, su entrega a la literatura y a la creación poética a lo largo de una vida entera.

Había nacido en Faro. Nunca terminó el bachillerato por razones de salud. Esto, su salud quebradiza, fue, según él mismo explicó después en una entrevista, la razón que, a base de apartarle de los demás, le empujó hacia la poesía. Trabajó durante algún tiempo como escribiente empleado en una oficina (como resultado de esa experiencia aburrida y monótona escribió uno de sus poemas más célebres Poema do funcionario cansado: “Sou um funcionario apagado / um funcionario triste / a mina alma não acompanha a mina mão”). Dejó ese puesto de trabajo más adelante, dedicándose desde entonces a dar clases particulares de lengua, de inglés y de francés. Militó en formaciones antifascistas, estuvo preso durante tres meses, fundó y dirigió revistas literarias que acogieron a la vanguardia poética lusa durante muchos años, además de servir de puerta de entrada para autores franceses como René Char, escribió ensayos lúcidos y determinantes sobre literatura y tradujo a importantes poetas franceses al portugués.

Pero, sobre todo, fue poeta. Extrañamente, su primer libro, O grito claro, no apareció hasta 1958. Ramos Rosa tenía ya 34 años. A partir de entonces, eso sí, publicó con una regularidad desarmante, llegando al centenar de volúmenes. Llegó a ganar los premios más prestigiosos de la literatura portuguesa. Con todo, aseguró, en 2001: “Algunos dicen que escribo demasiado. Como si hubiese escrito algo. No, todos mis escritos no son sino indicios de algo que jamás alcancé y que era lo único que deseaba decir”. Aunque Ramos Rosa lleva muchos años incorporado al fondo editorial en castellano (desde que su poemario El ciclo del caballo fuera publicado por Editorial Pretextos en 1985), solo una pequeña parte de su creación ha sido vertida al español. Su última obra poética publicada en España es La herida intacta (Sequitur, 2009).

El diario Público explica que cuatro días antes de morir, debilitado por la enfermedad, las fuerzas le alcanzaron para escribir en una hoja el nombre de su mujer, la también poetisa Agripina Costa Marques, y de su hija, Maria Filipe. Esta le susurró entonces uno de sus versos más famosos: “Estou vivo e escrevo sol” (estoy vivo y escribo sol). Después, el poeta lo escribió en la hoja de papel por última vez.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_