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Paloma Bravo: “A las mujeres primero las miran y después valoran su trabajo”

La escritora narra en 'La piel de Mica', una historia de pelea por el cambio Misoginia, sexo, amigos, maternidad... La novela parte de un currículum vítae y reflexiona sobre qué es crecer

La escritora y periodista Paloma Bravo.
La escritora y periodista Paloma Bravo. Carlos Rosillo

“Me gusta escribir de lo que sé y desconozco cómo es la vida laboral de un hombre. ¡No he tenido la suerte de vivirlo!”, dice entre risas la escritora y periodista experta en marketing Paloma Bravo. Su novela La piel de Mica (Plaza & Janés) narra precisamente la vida laboral de una mujer en un mundo dominado por jefes, que no jefas. Micaela Salazar es una periodista de 38 años —sin hijos—que acaba de perder a su madre y su trabajo. Entonces decide elaborar un currículum vítae que va a ser tan grande como una mirada a su pasado y una reflexión sobre las decisiones que ha ido tomando. Las relaciones jerárquicas en las empresas, la misoginia y el machismo, el techo de cristal con el que se topan las mujeres en el ámbito profesional, la amistad como salvación y como guía para sanar, el sexo, el amor y la maternidad… y el inconformismo con lo que nos es dado son algunos de los temas que van en este libro que viene acompañado también de una banda sonora “muy macarra y punki” en Spotify. Una novela sobre las zozobras en la vida, sobre “lo que cuesta hacerse mayor, qué sucede cuando de repente empiezan a desaparecer cosas”, que se expande a la crisis del momento actual. Mica, según su creadora, “busca ser fiel a sí misma sin autodestruirse y aprende que es necesario elegir las batallas para ganar la guerra…” Paloma Bravo es autora de otra novela en la que se hablaba de la familia moderna y de qué supone ser mujer estos días, La novia de papá (Plaza & Janés 2010) y de los relatos Tres mujeres solas (Random House Mondadori Flash 2012).

Mujeres. “No me gustan las etiquetas, no creo que sea una novela solo para mujeres”, asegura Bravo delante de un zumo de naranja en una terraza madrileña. El personaje principal de La piel de Mica lucha por que las cosas cambien y se choca contra los muros de un mundo profesional de códigos redactados en masculino, aunque “haya jefes buenos”. “Cuando eres tía, te miran en la reuniones; si eres guapa, si vas en vaqueros, si te has operado las tetas o te conservas bien para tu edad. Después de todo eso… valoran tu trabajo”. Así, también el término “feminista” sobra a la hora de hablar de su libro. “Mica asume que tiene los mismos derechos que los tíos y cuando esto se le niega, se rebela. ¿Es eso ser feminista? Es sobre todo ser persona…” Bravo se remite a Cómo ser mujer (Anagrama) de Caitlin Moran para hablar del tipo de flirteo que existe entre los colegas que hacen actividades juntos (cañas, fútbol, golf...) “Pero se le llama male bonding, y les ayuda a establecer mejores relaciones en el trabajo... Si una mujer hiciera lo mismo con un hombre, se la interpretaría mal…”

Familia. La escritora afirma que muchas lectoras le han agradecido cómo narra la maternidad en La piel de Mica. Su protagonista se enfrenta a las presiones de las mujeres que llegan a una cierta edad, la decisión de ser o no ser madre “que parece la más importante de la vida”. “Hay que quitarle trascendencia y peso. Es verdad que es una decisión irreversible, pero no pasa nada si no eres madre…” De nuevo, las posibilidades del verbo “ser”. “Se puede ser madre de muchas formas”, sostiene Bravo, que tiene una hija. Emerge en este punto de la conversación la importancia de los amigos como familia. En la novela, hay dos personajes centrales. No es casualidad que esté dedicada “en particular” a dos amigos de la escritora. “La vida es tan jodida que tienes que elegir con quién quieres vivirla y pelearla, quién te hace mejor…”

Cubierta de 'La piel de Mica'.
Cubierta de 'La piel de Mica'.

Jefes. En La piel de Mica aparecen muchos jefes abusivos y algún que otro justo y generoso. “Hay jefes que llevan en un coche con chófer 30 años y que no pisan el metro y que toman decisiones gordísimas que afectan a los trabajadores y a cómo las empresas se adaptan a la revolución digital”, asegura Bravo, que habla de dos categorías perniciosas: los que no quieren que nadie sobresalga y temen la inteligencia de sus segundos y los que no toman decisiones.

Influencias. Paloma Bravo considera que la vida es su principal fuente de inspiración. “Si fuera rica y solo me dedicara a esto no podría, no tendría nada que contar”, afirma. Su libro se caracteriza por un estilo ágil, de frases cortas, en que la acción avanza a gran velocidad. “Soy una persona impaciente y es mi forma de escribir. Creo que hay que transmitir las emociones de manera sencilla y no perder al lector por el camino. Ahora todos estamos sometidos a continuos estímulos…” Philip Roth, Ian McEwan, Martin Amis… Bravo adora la literatura anglosajona en la que se cuenta lo universal desde lo local y no disfruta tanto de la española “que tiende a ser demasiado literaria, no hay tanta vida”. ¿La vida? “Algo importante es la resistencia, no quedarse quieto. Cuando luchas por lo que crees que es justo eres un revolucionario. Si no lo haces de forma egoísta, eres un revolucionario bueno”.

La piel de Mica está siendo adaptada al inglés como Mica’s Skin y se estrenará en octubre en el festival de teatro off-broadway United Solo de Nueva York, el más importante del mundo de monólogos. Será protagonizada por la actriz española Ana Asensio, quien ganó con su personaje de Medea el año pasado en Medea vindicada, escrita por el español Emilio Williams. “La novela tiene muchos rasgos del lado peor de la marca España, los rancios, esos tíos que llegan de comer a las seis de la tarde con tres carajillos entre pecho y espalda”. Pero, afirma su autora, también mucho de universal "de occidente".

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