Todo el cine en una pompa de jabón
La Academia de Hollywood prepara su museo, un edificio codiseñado por Renzo Piano La obra costará 229 millones de euros y se espera su inauguración en 2017
La magia del cine contenida en una pompa de jabón. Esa es la idea del arquitecto italiano Renzo Piano para el futuro Museo del Cine de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Un complejo valorado en 300 millones de dólares (229 millones de euros) que no estará listo hasta 2017, pero que dará a la meca del cine algo más que oscars. “Me ilusiona la idea de construir un amplio museo del cine en la cuna de la industria cinematográfica”, declaró el arquitecto durante una gala benéfica el pasado jueves que sirvió para recaudar fondos para un proyecto que, por mucha ilusión que haga, está lejos de ser realidad.
Sobre el papel todo está claro. El complejo estará ubicado en el cruce del bulevar Wilshire con Fairfax, en el corazón del llamado Museum Row de Los Ángeles: en este tramo se agrupan muchos de los museos angelinos, tanto de arte (LACMA) como de paleontología (Museo George C. Page). En total, 27.000 metros cuadrados donde todas las miradas irán a esa “esfera” o “pompa de jabón” —la definición preferida de Piano— que recubrirá un teatro de mil butacas y estará conectada con numerosas salas de exposición permanentes y temporales dedicadas a la historia del cine y de la Academia. El centro también dedicará parte de sus instalaciones a un making of en su deseo de mostrar cómo se hacen las películas. “Nuestros edificios representan a nuestros clientes y el Museo de la Academia llevará al espectador al cine por la puerta de atrás, lo colocará detrás de las bambalinas y le mostrará la magia de hacer cine”, añadió el arquitecto, ganador del Premio Pritzker de Arquitectura en 1998 y que cuenta en su carrera con edificios tan emblemáticos como el Centro Pompidou de París o la sede del periódico The New York Times, en Nueva York. En esta ocasión Piano no trabajará solo, sino que su diseño está realizado en colaboración con el arquitecto local Zoltan Pali.
El centro albergará un teatro de mil butacas, dos salas de cine y biblioteca
La revolucionaria burbuja, que tiene como referente el Cinerama Dome de Los Ángeles —sala construida en 1963 por Welton Becket y Pierre Cabrol para celebrar la grandeza del cinerama—, estará unida con el histórico edificio May, de 1939, salvado de la demolición. Una unión de historia y futuro que añadirá dramatismo al contenido del museo y que estará soldado por una estructura de escaleras y galerías que recuerdan la propuesta del Pompidou.
Todo esto si se llega a buen término. Porque a Los Ángeles le ha costado muchos años establecer un museo del cine a pesar de contar en su ciudad con las estrellas más conocidas de esta industria. Aún quedan otros 115 millones de euros que recaudar hasta poder levantar este ambicioso proyecto de museo interactivo que contará además de lo mencionado con otras dos salas de cine de 144 butacas cada una, una biblioteca, y un programa de cine pensado para 15.000 estudiantes. De ahí la necesidad de actos como la cena benéfica a la que fueron invitados a asistir el jueves todos los miembros de la Academia para obtener fondos para una obra que durará 30 meses. Una gala en la que también se cruzaron los agradecimientos con el mayor benefactor hasta la fecha, el productor discográfico y uno de los fundadores del estudio DreamWorks, David Geffen. De hecho, su nombre bautizará la sala de cine del museo después de ser el mayor donante de esta obra con un cheque por 19 millones de euros. Según confirmó la Academia le siguen de cerca el productor Jerry Bruckheimer y los laboratorios Dolby, mientras el presidente de los estudios Disney, Bob Iger, y los actores Tom Hanks y Annette Bening están al frente del comité encargado de conseguir los fondos.
En cuanto al contenido, la Academia está organizando sus exposiciones en tres grandes bloques, y, además de recrear la experiencia de hacer cine, los 1.115 metros cuadrados de salas permanentes albergarán un área dedicada a la historia del cinematógrafo, desde el cine mudo hasta el 3D, y otra a la historia de la Academia, siempre deseosa de ser conocida por algo más que los preciados Premios Oscar. Una exposición permanente que de todos modos entrará en lugares comunes cuando permita conectar en una galería interactiva la historia del cine con la de la Academia, mediante las películas ganadoras de cada año. Y cómo no, el famoso cartel con las letras de Hollywood que dan nombre a esta industria podrá ser visto desde esta mágica esfera construida con acero y cristal que evitará los brillos y quiere dar ese aire de “frugalidad” de una pompa de jabón a la vez que ser “tan sólida” como la historia del cine.
Salas de fotogramas
En Los Ángeles no hay un buen museo de cine, más allá del Museo de Hollywood, un pequeño, cutre y, por tanto, encantador centro en un edificio que originalmente albergó el Museo Max Factor, cerca del teatro Dolby. En Europa existen mejores lugares para el cine. En Turín está el Museo Nazionale del Cinema; en Ámsterdam, el EYE Film Instituut Nederland; en Lyon, el Museo Lumière, y en Girona, el Museo del Cinema. Todos, con más contenido que los estadounidenses.
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