Sacar agua de una piedra
Estudio de G. Zachodjakin
Shájmatny Lístok, 1930
Del mejor Kárpov solíamos decir que era capaz de sacar agua de una piedra, por su virtuosismo en la explotación de ventajas microscópicas. Los ocho participantes en el Torneo de Candidatos (http://london2013.fide.com) deberán hacer lo mismo si la ausencia de riesgo que ayer se vio en la primera ronda (cuatro tablas) se convierte en la tónica general. Quien mejor puede obligar a los demás a apostar fuerte es Carlsen, pero ayer era un día excepcional para él: empezaba con negras frente a su rival más peligroso, Aronián, a quien sorprendió y neutralizó con una variante muy sólida. El armenio explicó después que, sin preparación casera específica para esa línea concreta, es casi imposible lograr ventaja alguna con blancas. La organización en Londres era ayer aceptable, en líneas generales, aunque con detalles negativos que indican falta de previsión. Justo lo contrario del bello estudio del diagrama, cuyo autor tuvo que restregarse mucho las meninges para encontrar una idea tan sofisticada. El lector llegará muy rápido a la conclusión de que no hay manera de evitar la coronación del peón negro, ni de montar una red de mate. ¿Qué hacer entonces? Mirar si se puede sacar agua de las piedras: 1 g7+! Cxg7 (si 1 ..Rg8? 2 Cg4!, y las blancas se salvan) 2 Cf7+! Rg8 3 Ac5! (¿Para qué sirve esto? Pronto lo sabremos) 3 ..f1=D 4 Ch6+ Rh8 5 Ad6!!, tablas. Las negras nunca podrán ganar el alfil ni el peón, por el jaque en f7. Y si mueven el caballo habrá jaque en e5, también conectado con el de f7. Y la dama sola no puede dar mate. Correspondencia: ajedrez@elpais.es
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.