Un negativo de Centelles a precio de pan
Los hijos del fotógrafo sopesan retirar el fondo publicitario cedido al Estado a cambio de impuestos La medida no afectaría al archivo periodístico comprado por 700.000 euros en 2009
A efectos fiscales, un negativo publicitario de Agustí Centelles equivale aproximadamente al precio de un kilo de arroz basmati, dos litros escasos de gasolina o un periódico de domingo: 2,76 euros. A los hermanos Centelles, Sergi y Octavi, no les ha gustado un ápice la valoración de los negativos de la colección publicitaria e industrial de su padre realizada este año por la Administración para pagar sus impuestos. “Si el primer año se valoró a la baja en 15 euros, la última valoración solo puedo considerarla o un error o una broma de mal gusto”, sostiene Octavi Centelles, que se plantea suspender el comodato mediante el que cedían 5.400 negativos pertenecientes a la colección publicitaria e industrial del estudio de su padre a cambio del pago de impuestos durante cuatro años. Las valoraciones de bienes artísticos entregados al Estado para saldar deudas tributarias dependen de una comisión en la que están representadas Cultura y Hacienda. Pero, según una portavoz de Cultura, actúa con cierto automatismo: “No ha habido un cambio en la valoración por criterios técnicos. Ellos ofrecen un número determinado de negativos y la comisión los acepta por los impuestos de este año, que son menores que el anterior”. En el ejercicio fiscal de 2011, liquidado el año pasado, los Centelles tuvieron que afrontar el pago de impuestos por los ingresos extraordinarios por la venta del valioso archivo periodístico de su padre al Ministerio de Cultura por 700.000 euros.
Tras la dación en pago realizada en 2012 el Estado también se ha convertido ya en propietario de casi la cuarta parte de las imágenes del fondo publicitario e industrial, aunque los hermanos Centelles siguen conservando la titularidad sobre unos 4.050 negativos. Estos son los que, llegado el caso de la retirada, podrían salir de Salamanca y acabar en manos privadas. Joaquín Gasca, representante de los hermanos Centelles, asegura que el precio de mercado de estos 4.050 negativos puede alcanzar los 200.000 euros. “La valoración debe tener en cuenta no solo el precio de compra del soporte, sino también considerar que se compra el uso comercial de dichas fotografías y la revalorización de Centelles desde 2009”, sostiene Gasca.
Incluso en el caso de que los herederos del fotógrafo rompan su acuerdo con Cultura, esto no afectaría al fondo más valioso, el periodístico —comprende unos 12.000 negativos— que están depositados en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, tras ser adquirido en 2009 por 700.000 euros.
En el acuerdo de compraventa figuraban también otras exigencias como la difusión de la obra de Agustí Centelles mediante exposiciones —se realizó una, Centelles in edit oh, en Nueva York en 2012— y la creación de un espacio con su nombre en el nuevo Centro Documental de la Memoria Histórica de la plaza salmantina de los Bandos, aún inacabado. Octavi Centelles se queja de que en los últimos meses solo han recibido largas y ningún compromiso firme de Cultura para organizar la muestra antológica en Salamanca. Ayer, desde la Secretaría de Estado de Cultura, aseguraron que la exposición está prevista aunque no se haya fijado la fecha, y que trasladarán esta información a la familia en los próximos días.
Octavi Centelles considera “una broma de mal gusto” la tasación
Agustí Centelles i Ossó (Valencia, 1909 - Barcelona, 1985) fue uno de los grandes reporteros españoles del siglo XX, autor de una valiosa colección sobre la Guerra Civil y de la vida en los campos de concentración de los refugiados huidos en 1939, como el de Bram (Francia), donde el mismo permaneció internado un tiempo.
Al regresar a España del exilio, Centelles pasó por un proceso de depuración y castigo de las autoridades franquistas, que le prohibieron reanudar su trabajo como fotorreportero. Para seguir viviendo de su cámara, Centelles se volcó en la publicidad y la fotografía industrial. En esta etapa, desde 1947 y hasta los ochenta, trabajó para conocidas firmas como Codorniú, Chupa-Chups, Myrurgia o Siemens, además de retratar a personajes de la época como Salvador Dalí, Federico Martín Bahamontes o Xavier Cugat.
La venta de su archivo periodístico al Estado suscitó un gran malestar en la Generalitat, aunque la familia se quejó de que habían desdeñado su obra hasta ese momento. A pesar del malestar actual de Sergi y Octavi con Cultura, han decidido depositar en Salamanca el fondo documental de su padre, donde se conservan cartas y recibos, incluidos los de su etapa periodística.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.