Ana Moura, la fadista que encandiló a Los Rolling Stones
La fadista, que acaba de presentar su disco Desfado, cuenta con la bendición y admiración de la mítica banda de rock y de artistas pop como Prince
Fue a través de un disco que alguien les envió a Tokio. Lo escucharon y no sólo quisieron conocerla, sino también cantar con ella. La invitaron a un concierto en Lisboa y la subieron al escenario. Entre el fado y el rock and roll no hay muchas conexiones aparentes. Pero Ana Moura busca desfadarse un poco y hacer cuadrar las esencias de la canción portuguesa con otros aires muy pegados al jazz o al soul. Es un lenguaje musical que los Rolling Stones entienden mejor y que les llevo a integrarla en The Stones Project, ese homenaje que, alentado por el saxofonista Tim Ries, se les rindió con artistas de todo el mundo adaptando diferentes versiones de sus clásicos.
A Moura no le costó darle un aire atlántico a Brown sugar ni a No expectations cuando cantó con ellos en Portugal. Fue primero en una casa de fados y después a lo grande, en uno de sus macro conciertos. Ambos pisaron sus propios terrenos y disfrutaron con la mezcla. Otros les proporcionaron toques flamencos incluso, como la bailaora Sara Baras, que también participó en The Stones project. Para Moura, los Jagger y Richards eran como de la familia: “A mis padres, que son jóvenes, les encantan los Rolling Stones. Hemos interpretado siempre canciones suyas en mi casa. Su música no me es ajena”, comenta.
Pero lo que Ana Moura mamó desde niña en su tierra de Ribatejo fue la música de su entorno. Fado cantó por primera vez con 6 años y fado ha cantado hasta ahora, en su quinto disco, después de éxitos como Aconteceu o su más que celebrado Para Alem da Saudade. Desfado se llama su nuevo trabajo, donde, sin ser infiel, ha decidido saltar a otros estilos y titularlo así, precisamente, como una declaración de intenciones. Aunque sólo hasta cierto punto. “No hay que verlo como un abandono. Sino como mi homenaje a probar e integrar en mi voz las músicas que me han acompañado durante los últimos años”.
A Moura no le costó darle un aire atlántico a 'Brown sugar' ni a 'No expectations' cuando cantó con ellos en Portugal
Renunciar al fado, aparte de un gesto contra natura en su caso, sería una idiotez. Más cuando sus colegas viven un momento más que dulce, no sólo en Portugal, sino a nivel internacional. “Las nuevas generaciones de fadistas son brillantes. Mis músicos tienen 22, 23 años –ella ha cumplido 33- y son auténticos virtuosos. Las letras, además, conectan con nuestro tiempo y la situación tan dramática que estamos viviendo”, asegura Moura. “Los portugueses somos menos reivindicativos que los españoles, creo, pero sabemos expresar con nuestra música lo que sentimos, como una forma de protestar”.
No en vano, el fado es un canto del alma. “Y el alma se expresa en él y va cambiando con los años, pero acertando con lo que nos ocurre”. Así que el fado no duerme, ni llora su tristeza en una especie de parálisis. Sino que mueve a conciencia con sus guitarras y sus voces las emociones presentes. “Más que triste, nuestra música es emotiva, profunda”, matiza Moura. En su caso, con el aliciente de una creciente carrera internacional que le hace triunfar en Europa y por América, donde la artista arrasa en México o Estados Unidos. Allí, además de los Stones, tiene otro padrino: Prince. “También me escucho, quiso conocerme y me invitó a cantar con él en directo”.
¿Qué les seduce tanto a los artistas pop de Ana Moura? “Supongo que estarán cansados de escuchar siempre lo mismo y quieren acercarse a cosas que les lleguen al alma. Nuestra música expresa de manera muy honda conflictos interiores, busca la conexión con el sentimiento más que la fidelidad al estilo”, comenta.
Quizás también les impacte una determinación y una claridad de intenciones a la hora de encararse al micrófono que contrasta con la delicadeza y la timidez del trato en persona. Ana Moura es bella y humilde, pero nada distante. Llega de un fin de semana apoteósico en Lisboa, donde ha presentado su Desfado llenando dos noches el Coliseu dos Recreios, antes de acercarse a España en febrero, donde actuará en Barcelona (día 20), Madrid (21) y Santiago de Compostela (22).
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