Díaz Ferrán por Díaz Ferrán

El riesgo de incluir personajes vivos en un Diccionario biográfico es que sus protagonistas siguen haciendo de las suyas (buenas o malas) hasta que se mueran. Pero la obra, en papel, ha puesto negro sobre blanco una foto fija que, pasado el tiempo, se torna falsa. Uno de los casos más disparatados que se puede encontrar en la obra editada por la Real Academia de la Historia (RAH) entre los recientes es, sin duda, es el de Gerardo Díaz Ferrán, el expresidente de la patronal española, que fue detenido y encarcelado a comienzos de diciembre por supuesto alzamiento de bienes y blanqueo de dinero.

La biografía escrita por Pedro Galindo Vegas, un empresario que ha ocupado cargos en federaciones de la patronal de hostelería, es una sucesión de datos profesionales prolija, que ocupa dos columnas.  Pero la narración de la exitosa trayectoria empresarial de Díaz Ferrán, tanto en los negocios como en la confederación empresarial (primero la madrileña y luego la estatal), finaliza en 2007, cuando fue elegido presidente de la CEOE. Ni se hace eco de su salida, en octubre de 2010, ni de lo que le hará pasar a la historia.

Aunque el Diccionario salió en mayo de 2011, su biografía no recoge ningún aspecto turbio relacionado con el empresario ocurrido con anterioridad. Su grupo turístico, Marsans, se declaró en quiebra en verano de 2010 dejando a más de 4.700 afectados y una deuda acumulada superior a los 400 millones de euros. Acaso el problema que ha tenido el biógrafo es la fuente elegida para escribir su texto: ¡una entrevista con el propio Díaz Ferrán!

El Diccionario ha hecho un hueco a la figura de Díaz Ferrán, en su condición de presidente de la patronal, pero no ha incluido las biografías de los otros representantes de los agentes sociales, los sindicalistas Cándido Méndez (UGT) e Ignacio Fernández Toxo (Comisiones Obreras).