Muere el reportero Enrique Meneses
El fotógrafo y redactor español fue el primero en cubrir la revolución cubana en Sierra Maestra Tuvo una larga carrera en la que trabajó para medios como 'Life', 'Paris-Match' o TVE
El reportero Enrique Meneses (Madrid, 1929) ha fallecido el domingo por la noche en el Hospital La Paz de Madrid. Meneses, fotógrafo y redactor, fue el primer periodista que subió a las montañas de Sierra Maestra con el Che Guevara y con Fidel Castro. Además de esa histórica experiencia profesional, desarrolló una larga carrera en la que trabajó para decenas de medios de comunicación, entre otros Televisión Española y las revistas Life y Paris-Match.
La vida profesional de Enrique Meneses englobó en un solo periodista dos eras de un oficio: la antigua época de las máquinas de escribir y la contemporánea de las tecnologías de la información. Su primera nota la escribió en aquellos tiempos pretéritos, en 1947, el día de la muerte de Manolete. Y sus últimos textos y comentarios periodísticos los rubricó en pleno siglo XXI en su blog personal y en su cuenta de Twitter. En una entrevista concedida en 2011 a EL PAÍS, el fotoperiodista, un convencido de los beneficios potenciales de las nuevas tecnologías para su oficio, explicaba simplemente que con una herramienta u otra —máquina de escribir o computadora, tuit o telegrama— él continuaba haciendo ahora lo mismo que en toda su vida: "Yo sigo trabajando, no he dejado de escribir ni un día desde que tenía 15 años".
El tuitero octogenario Enrique Meneses, un periodista que pasados los ochenta años aún tuvo el ánimo y la capacidad de adaptación suficientes para convertirse en una referencia en esta red social, donde lo seguían casi 10.000 personas, era el mismo Enrique Meneses que el joven que logró burlar el control de los militares del dictador Batista para poder ser el primer reportero extranjero en llegar a los campamentos de los barbudos de Fidel Castro. De su experiencia con los guerrilleros salieron tres números de la revista Paris-Match sobre la revolución que se gestaba en la isla, publicados entre marzo y abril de 1958, un año antes del derrocamiento de Batista.
En una nota que escribió en su blog, el incombustible Meneses recuperaba una vez más sus recuerdos sobre los jóvenes subversivos que conoció entonces y que luego hicieron historia. El Che se movía poco de su campamento. Fidel y él propio Meneses dormían "en hamacas superpuestas protegidas de la lluvia nocturna por un plástico común". Raúl Castro apostaba por el comunismo soviético y el comandante Guevara por el "pragmático comunismo chino". Aparte de las entregas de Paris-Match, Enrique Meneses publicó dos libros sobre el número uno de la revolución cubana: Fidel Castro (Ed. Afrodisio Aguado, 1966) y Castro, empieza la revolución (Espasa Calpe, 1995).
Enrique Meneses, cuyo cuerpo será velado este lunes a partir de las diez de la mañana en el tanatorio Norte de Madrid, sufría desde hace doce años una obstrucción pulmonar que lo obligaba a valerse de tubos de oxígeno para respirar. Del problema nació una metáfora con la que se tituló recientemente un documental sobre su vida ideado por la periodista Georgina Cisquella: Oxígeno para vivir. De la generación Mágnum a la generación 2.0, una película que comienza con una definición de Meneses sobre sí mismo: "Yo siempre digo que tengo sangre de tinta... y un poco de güisqui".
Así se veía en retrospectiva el antiguo director de la edición española de la revista Playboy -en tiempos en que sus paisanos apenas empezaban a aprender "el alfabeto del sexo", como dijo en una entrevista con la revista Jotdown-. El prolífico Enrique Meneses, corresponsal en Oriente Medio y en India, director del programa A toda plana de Televisión Española, creador y director de Los Aventureros en Radio Nacional, autor de libros como Nasser, el último faraón (Prensa Española, 1970), Escrito en carne (Planeta, 1981) o Hasta aquí hemos llegado (Ediciones del Viento, 2006), Premio de Honor Cirilo Rodríguez en 2010, fue un reportero activo que recorrió el mundo con un plan de trabajo sencillo: "Ir, ver, anotar, grabar, volver y contarlo".
El histórico reportero tuvo una vida variopinta en la que fumó habanos en la sierra con Fidel Castro, corrió por la avenida de los francotiradores de Sarajevo, charló en francés con Farah Diba, la última emperatriz de Irán, y tuvo muchas otras experiencias llevado por su dinámica personalidad, un carácter que marcó su vida y su modo de entender el oficio. Una manera de ser que dejó postulada como un principio existencial en el décimo y último punto de su Decálogo del aventurero.
Si eres un auténtico aventurero, sé fuerte con los fuertes y débil con los débiles. Y así, como decía Rudyard Kipling, te podrás llamar hombre.
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