Volver a empezar
La carrera de Susanne Bier es un interesante caso de estudio sobre la fluidez de la identidad creativa en los difusos márgenes que separan el cine de autor de los productos de vocación estrictamente comercial: formada en las filas del Dogma 95 fundado por Lars Von Trier y Thomas Vinterberg, la cineasta danesa ha centrado el grueso de su trayectoria en las modulaciones —y mutaciones— contemporáneas del melodrama, especialidad en la que confluyen miradas tan distintas —y, a veces, incluso, tan enfrentadas— como las de Pedro Almodóvar, Isabel Coixet, González Iñárritu, Lee Chandong y el propio Vinterberg.
La obra de la Bier está dibujando un globalizado mapa del dolor con la mirada puesta en la asimilación por parte de una industria americana, que, en su día, le proporcionó la posibilidad de elaborar su propio proyecto crossover con Cosas que perdimos en el fuego (2007) y que acabó concediéndole el Óscar a la mejor película de habla no inglesa por su anterior En un mundo mejor (2010).
Antes de afrontar un nuevo proyecto estrictamente americano —Serena, su próximo trabajo, es una adaptación de una novela de Ron Rash—, la Bier parece haberse tomado unas vacaciones de tanta intensidad y tremendismo para la era ONG con Amor es todo lo que necesitas, una comedia romántica sobre el renacimiento amoroso en la mediana edad, rodada en refulgentes colores digitales, pero con un toque de distinción: su protagonista femenina, Ida —encarnada por la actriz Trine Dyrholm, que también parece disfrutar del respiro que le proporciona esta, puntual y relativa, zambullida en la ligereza—, mantiene un pulso contra el cáncer mientras descubre una sostenida infidelidad marital en el umbral de la boda de su hija, cuyo novio… En fin…
Susanne Bier parece encontrar ese soplo de aire fresco entre melodramas apelando a algunos temas que ya trató en clave ligera, o hibridando comedia y drama, en algunos de los primeros títulos de su carrera como Pensionat Oskar (1995) —donde un padre de clase media asumía su liberadora homosexualidad— o Freud flittar henmyfrån (1991), en la que convivían ridículos pulsos familiares y enfermedades terminales.
Si las últimas películas de Susanne Bier eran melodramas para espectadores que jamás reconocerían necesitar un culebrón, Amor es todo lo que necesitas es una purísima comedia romántica para quienes afirman repudiar a Jennifer Anniston o a Sandra Bullock sin asumir que necesitan la droga sentimental que ambas divas suministran.
Pero sería injusto negar que la (mecánica) trama del último trabajo de Susanne Bier se levanta, esquivando el peligro de los arquetipos, sobre un reconocible —y sensible— material humano: la escena en la que Pierce Brosnan cubre el cuerpo desnudo, recorrido por las huellas de la lucha con su enfermedad, de la Dyrholm no es el tipo de material que uno encuentra en una comedia romántica al uso.
'Amor es todo lo que necesitas'
Dirección: Susanne Bier.
Intérpretes: Trine Dyrholm, Pierce Brosnan, Paprika Steen, Kim Bodnia, Sebastian Jessen, Molle Blixt Egelin, Christiane Schaumburg-Müller.
Género: comedia.Dinamarca-Suecia-Italia-Francia-Alemania, 2012.
Duración: 116 minutos.
Babelia
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