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Música a cuatro manos (o más)

La moda del ‘single’ compartido inunda las producciones discográficas

Xavi Sancho
Fernando Alfaro (izquierda) y Joe Crepúsculo.
Fernando Alfaro (izquierda) y Joe Crepúsculo.ALICIA ALFARO

Esta semana, de entre las 40 canciones más vendidas en EEUU, 13 son colaboraciones. Pitbull junto a TJR, 50 Cent acompañado de Adam Levine y Eminem, Will.I.am con Britney Spears, Alicia Keys y Nicki Minaj… Pero podrían ser más. Después de todo, el número uno es para el Diamonds de Rihanna, una artista que ha colaborado en el pasado con artistas como Eminem, Maroon 5, Drake o Coldplay. Se trata del primer single de su nuevo largo, Unapologetic. De los 15 temas del disco, cinco son colaboraciones (Eminem, Chris Brown…) y en dos de las canciones, entre compositores, artistas invitados y productores, participan 13 personas. En el tercer puesto se encuentra el Die Young de Ke$ha, en cuyo nuevo álbum (Warrior) la acompañan Iggy Pop o Patrick Carney. Justo detrás, One more night de Maroon 5, banda cuyos dos anteriores singles, Payphone y Moves like Jagger, contaban con la participación de Wiz Khalifa y Cristina Aguilera respectivamente y fueron número uno. “La colaboración entre ciertos artistas garantiza un single de éxito, pero visto los resultados también prácticamente también que el tema será malo y, sobre todo, que sonará exactamente igual al que fue número uno la semana pasada”, apunta el periodista Martyn Young, quien en una pieza para el site británico This is fake DIY, recordaba que durante 2011 prácticamente la mitad de los temas que fueron número uno en Reino Unido fueron colaboraciones. Esta semana, son 12 de los que se sitúan en el top 40. “El resultado de todo esto es una música homogénea. Y eso es porque los colaboran unos con los otros son siempre los mismos. La idea es que cuantas más marcas de éxito incluyas en un tema, más posibilidades tienes de que sea un éxito. Y marcas de éxito, no hay tantas”. El año pasado Nicki Minaj apreció en 11 temas ajenos. Pitbull acumula 22 colaboraciones.

Hace años, con soportar a tu banda ya había suficiente”  Fernando Alfaro

Obviamente, esto de los artistas colaborando entre sí no es ninguna novedad. Además, en muchas ocasiones, estas colaboraciones no surgen de una vocación por dominar las listas y vender auriculares, sino que poseen una naturaleza artística. Pero como en todo últimamente, hay que bajar un par de pisos para encontrar a músicos que se abonen al arte cooperativo por motivos que vayan más allá de utilizar el mismo atajo para llegar a cuadrar los números. Mark Lanegan, veterano del desorden, y colaborador en discos de Queens of The Stone Age, Unkle o Soulsavers, se ha granjeado durante años la fama de comodín del underground. Como Pitbull, pero dando miedo por los motivos tradicionales. “Para mí, ha sido muy cómodo y artísticamente muy enriquecedor. Mentiría, si dijera que no he aceptado algunos trabajos por inercia, pero lo cierto es que he tratado aportar algo en cada una de las obras ajenas en las que he participado”. Lanegan incide, además, en un aspecto que las colaboraciones que hoy copan las listas parecen obviar: la intención de sumar alguien al proyecto que aporte algo más que su nombre y la posibilidad de que uno más uno sumen dos, no solo otro número uno. “Con Isobel Campbell (lánguida escocesa ex mimbro de Belle and Sebastian), la idea era el contraste musical, pero también el vital. Ella tiraba de mí. En cambio, con Greg Dulli (Afghan Wigs), la idea era que dos tipos que se parecen se potencien. Supongo que si escuchas discos de él y míos, tarde o temprano piensas que estos dos tíos deben hacerse amigos y colaborar. Eso es exactamente lo que pasó”.

Fernando Alfaro lleva haciendo música desde finales de los 80 (Surfin’ Bichos, Chucho…), pero este mes será la primera vez en la que edite una referencia totalmente concebida en colaboración con otro artista. El proyecto se llama Alfacrepus, lo ha llevado a cabo junto a Joe Crepúsculo, un músico barcelonés al que le saca 17 años, pero con el que ha descubierto tener más afinidades de las que pensaba. “Siempre he sido algo reticente a este tipo de proyectos en conjunto. He hecho cosas con Nacho Vegas y tal, pero jamás llegamos a componer juntos. De alguna manera, Nacho ha sido el primero en apuntarse a esto de trabajar con otros músicos. Antes, esto de juntarse para colaborar era algo que hacían los hippies. No sé, algo tipo La Mandrágora. Ahora, todo es diferente. Vas a una radio y te piden que lleves la acústica para interpretar alguna canción. He hecho ya cuatro conciertos en los que se incluyen preguntas del público”. Así, el último signo de estos tiempos que le faltaba por completar era el del álbum colaborativo. “Al principio, tenía miedo, pero el proceso ha sido muy fácil, sobre todo, lo de componer las letras, que me daba algo de pánico. La gente antes iba más a su bola, y ahora ves que esto de hacer cosas juntos es más común. Conocí a Joel en una comida con La Bien Querida, David de Beef y más gente y, bueno, se trató la idea de hacer algo juntos como si fuera lo más de normal. Supongo que ya lo es”, informa Alfaro, quien solo le encuentra una pequeña pega a su trabajo junto a Joel. “En agosto, él se mudó a Mallorca. Hemos seguido trabajando por correo electrónico y tal, pero no es lo mismo. Me fui unos días allí a componer a su casa”, apunta el músico confirmando que la capacidad del ser humano para adaptarse tiene sus límites. “Es lo que hay. Hace años, con soportar a tu banda ya había suficiente. Ahora parece que hay que hacer mucho más. Pues vale. Es como volver a compartir piso, pero si lo haces con alguien con quien conectas y tal es muy gratificante”.

Cuenta la leyenda que Robert de Niro y Al Pacino ni se coincidieron en el rodaje de Heat, al película que por fin les iba ajuntar. Y cuentan que, cuando Madonna se irritó por el gesto obsceno que MIA dedicó a la audiencia durante la pasada Super Bowl, cuando interpretaban juntas el nuevo single de Maddie, Give me all your luvin, donde colaboraban la autora de Paper planes y la omnipresente Nicki Minaj, ni se le pasó por la cabeza llamarla para reprobrarle el gesto. Utilizó al prensa para comunicar su desacuerdo. Los titulares son los nuevos estribillos. Mark Lanegan frunce el ceño. “Si Greg Dulli hace algo que no me gusta, sé dónde encontrarlo. Y viceversa”.

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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