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OBITUARIO

Carucha Camejo, la titiritera apasionada de García Lorca

Fundó el Teatro Nacional de Guiñol de Cuba, con el que recorrió el mundo

La titiritera cubana Caridad Hilda Camejo González, conocida en el ámbito del teatro internacional como Carucha Camejo, murió el pasado 10 de noviembre en Nueva York víctima de un cáncer. Camejo, una de las fundadoras del Teatro Nacional de Guiñol de Cuba, nació en La Habana en 1927. Era la mayor de cuatro hermanos, que también estuvieron vinculados al mundo del retablo y que formaron una legendaria saga de teatro.

Vio títeres por primera vez cuando una compañía ambulante actuaba en la barriada habanera de La Víbora. Siendo aún niña escribió el cuento El pequeño mambí, inspirado en las peripecias de su abuelo José Camejo Payents, coronel del Ejército Libertador de Cuba. La joven Carucha estudió Arte Dramático en la Escuela Municipal y a partir de 1947 actuó en obras de Federico García Lorca, Jacinto Benavente, José Martí y Jean-Paul Sartre, entre otros. Lorca se convirtió en su autor de cabecera.

En 1950, viajó por toda la isla de Cuba junto a su hermano Pepe Camejo, integrados en las Misiones Culturales, que entonces desempeñaron un importante papel divulgativo y educacional. Ese mismo año inició con sus hermanos las funciones con muñecos en la naciente televisión cubana, una de las más avanzadas de su época en todo el continente americano.

Los hermanos Camejo formaron después equipo creativo con Pepe Carril, otro actor interesado en los títeres, y juntos crean el Guiñol Nacional de Cuba en 1956. Al llegar al poder la revolución castrista en 1959, Carucha se une a otros actores dentro de un naciente departamento de teatro para fundar teatros de guiñol a lo largo de todo el territorio cubano. La actriz alcanza la popularidad cuando actuó en el programa de televisión Las aventuras de Pelusín del Monte.

En 1963, el teatro de títeres pasa a llamarse Teatro Nacional de Guiñol, que abre para los Camejo y su equipo artístico un largo periodo de fecundo trabajo creador. Carucha desarrolla sus facetas de directora artística, adaptadora teatral e investigadora. Entre las obras en las que interpretó personajes estuvieron Don Perlimplín con Belisa en su jardín, de Federico García Lorca; La loca de Chaillot, de Jean Giraudoux; La Celestina, de Fernando de Rojas, y Farsa y licencia de la Reina Castiza, de Valle-Inclán. Y entre las que dirigió destacaban El pequeño príncipe, de Antoine de Saint-Exupéry, o El patito feo, de Sergei Prokofief. Su puesta en escena del Don Juan, inspirada en el texto teatral de José Zorrilla, fue galardonada en el VI Festival de la Casa de las Américas, en 1966, con una mención de honor y se convirtió en un clásico paseado por muchos escenarios internacionales. La zarzuela española La corte del Faraón, dirigida por Camejo, se clasificó como uno de los mejores espectáculos del año 1967 y se mantuvo en cartel más de un año. Carucha y su compañía viajaron después a Checoslovaquia, Rumanía y Polonia, donde su Don Juan fue especialmente aclamado.

A comienzos de los años setenta los proyectos de Carucha Camejo y sus hermanos se vieron truncados con el inicio del llamado quinquenio gris y una brutal represión que abarcaba todas las manifestaciones culturales. Su hermano Pepe estuvo en prisión durante un año y se les prohibió hacer su trabajo, el teatro de guiñol fue cerrado. Los hermanos Camejo, en declaraciones del dibujante y diseñador José Luis Posada, “tenían un sueño, querían dejar para las nuevas generaciones el más alto nivel de realización artística y, sobre todo, conseguir que Cuba fuese el más alto exponente de los títeres en Latinoamérica. Esa fue su ambición. Puedo decir esto porque los oí hablar del tema, con un orgullo tan profundo como la tristeza que los embargó cuando todo fue destruido. ¡Cuántos muñecos hermosos y cuántos documentos valiosos perdidos!”.

A principios de los ochenta, Carucha Camejo emigró de Cuba y se estableció en Nueva York, donde cuidó a su hermano mayor, gravemente enfermo. Volvió una década después para mantener vínculos con jóvenes titiriteros de Cuba. Viajó a la isla privadamente en 1994 y 2001. En mayo de 2012, durante el XXI Congreso Internacional de la Unima (Unión Internacional de las Marionetas) celebrado en Chengdú (China), se le concedió la categoría de Miembro de Honor, amante de la disciplina y el profesionalismo, y por su ejemplar legado escénico y humano.

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