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Alberto Iglesias, en la luz de la comedia

El compositor recibe la Espiga de Oro en la Seminci El músico se encuentra en plena creación de la música de ‘Los amantes pasajeros’,

Rocío García

“No asocio muy claramente la música a los colores, pero quizás la banda sonora de Los amantes pasajeros de Pedro Almodóvar pueda decir que es blanca”. Alberto Iglesias, que con este proyecto del realizador manchego se enfrenta por primera vez a la música de una comedia, confesó ayer que el tiempo en este género tienen que ser mucho más medido que en el drama. El hecho de que la película transcurra casi íntegramente en un espacio cerrado como es el interior de un avión. “¿Cómo va a entrar la música en ese espacio,? Pues entra porque no tienes la impresión de estar en un sitio claustrofóbico y encerrado, porque el espacio de la música no es el mismo que el de la imagen”. Iglesias, que ayer recibió la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid, no quiso entrar en más detalles sobre su nuevo trabajo con Almodóvar –“lo que he visto me ha gustado mucho pero estoy en plena eclosión en la composición”- aunque sí reconoció sentirse en la luz de la comedia.

El compositor donostiarra que renunció “con mucho dolor” a la banda sonora de ‘Blancanieves’, de Pablo Berger, por un asunto familiar al que necesitó dedicarle tiempo, explicó que ya sabía que se estaba perdiendo algo importante, pero que el resultado final que ha visto en el cine le ha gustado mucho. “Nunca he hecho dos películas a la vez. En mi cabeza no entran dos músicas a la vez”.

Iglesias, que hoy dará una clase magistral en la Universidad de Valladolid, explicó algunas de las claves del proceso de creación –“intento enfrentarme a una película como un espectador más y busco no perder los brotes instintivos y estar atento a las improvisaciones y los gestos espontáneos”- y también los bloqueos que sufre en ocasiones. “Mis pesadillas tienen que ver con esos bloqueos. Para mí, la única fórmula para salir de ellos es ser paciente, trabajar y apretar los dientes”. El compositor, para quien el verdadero enemigo de las bandas sonoras son los clichés, aseguró que hay que dejarse llevar por el placer y la memoria que cada uno guarda en su interior.

Sobre su ciudad natal, San Sebastián, Iglesias dijo que no es un espejo en el que se quiera reflejar, aunque la lleve muy dentro. “He viajado mucho, vivo fuera y me he olvidado bastante de ella. He encontrado además otras bellezas inesperadas”. Como las que aparecen en su móvil, donde escucha preferentemente música clásica, como Mozart o Ligeti, pero donde hay hueco también para Madonna y Lady Gaga. “Todos los discos comprados”, advirtió después de hacer un radical ataque a la piratería. “La piratería es una grandísima putada para mi profesión y para todos los que viven de la música. Descargarse ilegalmente la música o el cine es claramente una infracción de la ley que, además, destruye la industria y todas las empresas asociadas. Yo sé como se baja la música ilegalmente pero yo nunca lo he hecho”.

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