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Todo sea por las joyas de la señora

Eduard Cortés traslada en '¡Atraco!' una historia real sobre las alhajas de Eva Perón y su robo en el Madrid franquista en un 'thriller' vibrante

A Eduard Cortés (Barcelona, 1959) le ha pasado algo ciertamente curioso en el cine español: en un año ha estrenado dos películas: The Pelayos y ¡Atraco!, dos trabajos que más allá de ser thrillers tienen muy poco en común. "Se han simultaneado por una cuestión de financiación. Las rodé con un año de diferencia, se han estrenado en un periodo de seis meses. Como proyectos se llevaban mucho más tiempo, dos años. The Pelayos ha costado más, ¡Atraco! ha seguido un ritmo más normal". Y eso le incomoda un poco, "porque parece que salgan de una fábrica de churros", antes de rematar: "Estrenar es un lujo, y tener dos estrenos en un año un privilegio".

¡Atraco! está basada -ligeramente- en hechos reales, y se divide en dos partes, con el robo del título como bisagra. El expresidente argentino Juan Domingo Perón pasa penurias económicas en el exilio panameño y por ello algunos de sus acólitos deciden empeñar las joyas de Evita en Madrid. Pero Carmen Polo, la esposa de Franco, tiene una manía: ir por las joyerías madrileñas llevándose por la cara las mejores piezas, y empiezan los sudores fríos entre los argentinos: habrá que recuperar las joyas como sea. Si la primera parte permite el lucimiento de los actores argentinos: Daniel Fanego, Guillermo Francella y Nicolás Cabré; en la segunda llega la tropa española: Amaia Salamanca, Óscar Jaenada, Jordi Martínez... "Quería que sonara a real, que no empezáramos a pensar en el cartón piedra. A la vez quise romper con lo previsible y por eso investigué. Descubrí que en los cincuenta, la burguesía ya estaba muy americanizada, que oían rock&roll, que tenían electrodomésticos, que las referencias no eran las folclóricas sino Kim Novak, Grace Kelly, Audrey Hepburn... Que había colores y no solo grises. Me fijé mucho en la publicidad de la época y creo que la dirección artística y la fotografía son impecables". En cuanto a las dos películas, Cortés va más allá: "Yo veo hasta cuatro". Y más en serio, explica: "Cuando Pedro Costa, el productor, me empezó a adelantar noticias de los hechos reales y de postre me contó las confidencias que le había hecho un policía cuando él trabajaba en El caso, me di cuenta que saltaba de un género de aventuras al thriller, pasando por comedia grotesca -el atraco está contado tal y como fue-, y acabando en tragedia. Sentí cierto vértigo hasta que pensé que no podía huir de este puzzle, que debía de contarlo así". Cortés habla de los Coen, que meten humor en secuencias violentas, de Mario Monicelli, "de perdedores entrañables, de personajes sólidos".

Que la película se desarrolle en estas dos partes hace que primero entren en acción los actores argentinos, y después los españoles, en una comparación compleja, de las que todos salen bien parados. "Vi El secreto de sus ojos, y me impresionó Guillermo Francella. Desde ese momento quise trabajar con él. Cuando Pedro me contó la historia, vi mi oportunidad, y a pesar de las reticencias de Guillermo, que estaba agotado, le convencí haciendo crecer a su personaje, que fuera un bombón. Me siento muy afortunado con lo que todos me han aportado. Los españoles tienen que lucir al mismo nivel que los personajes que arrancan la historia, y además su participación se ve muy supeditada a la trama. Y se han volcado".

Después del impresionante éxito en taquilla de ¡Atraco!, donde ha tenido más de 560.000 espectadores, el director espera repetir éxito en España. "Creo que a la gente le interesará la historia, que reflexionará sobre lo desleal que es el poder con los suyos -para mí el tema principal-, que verá el franquismo con todas sus luces y sus sombras, y que además pasará un buen rato".

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