Entre la sátira y el voto nulo
Dentro de En campaña todo vale se enfrentan dos nombres clave de la Nueva Comedia Americana, dos estéticas casi antitéticas. Will Ferrell, pura energía cómica desbordada, contempla cada nueva película como zona de juegos, como una nueva hora del recreo. Ferrell es, según la dialéctica que estableció el crítico Kim Newman al hablar de las diferencias entre Bugs Bunny y el pato Lucas, una estrella: alguien que es Will Ferrell sea cual sea el personaje que le ha tocado en suerte. Zach Galifianakis es, por el contrario, un actor: alguien capaz de desaparecer en el interior de sus personajes y que, con el ingenuo y muy kitsch Marty Huggins, logra otra creación a la altura de sus logros en Resacón en Las Vegas (2009) o Salidos de cuentas(2010).
Jay Roach parece haber canalizado hacia la sátira política lo aprendido en previos trabajos televisivos como El recuento (2008) y Game change (2012), que dramatizaban, respectivamente, el escándalo del recuento de votos en Florida en la campaña presidencial del año 2000 y el ascenso mediático de Sarah Palin en la campaña de McCain de 2008. En campaña todo vale, eficaz y generosa en gags magistrales, dirige sus dardos a la vacuidad del lenguaje electoral, pero resuelve su pulso en clave utópica: la lidia entre Ferrell y Galifianakis es, también, la tensión entre una nueva comedia nihilista y despiadada y una tradición utópica de corte capriano, que es la que finalmente se impone por encima de las exigencias de lo real.
EN CAMPAÑA TODO VALE
Dirección: Jay Roach.
Intérpretes: Will Ferrell, Zach Galifianakis, Jason Sudeikis, Dylan McDermott, Dan Aykroyd.
Género: comedia. EE UU, 2012.
Duración: 85 minutos.
Babelia
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