“Se intenta exprimir al consumidor”
Voces de la literatura, la música e Internet discrepan de las condiciones de Amazon y Apple
Darío Villanueva, secretario de la RAE
"Yo estaba percatado, porque el mundo digital es un mundo efímero, virtual. No tiene la misma sustancialidad del mundo físico. El mundo analógico es átomo y el virtual son bites. Estamos entrando en una revolución muy reciente, estamos ante un cambio en la cultura material y espiritual, y no nos habíamos dado cuenta de lo que sucedería cuando muriéramos. Cobran vigencia las teorías de Walter Benjamin sobre la obra de arte en la era de la reproducción mecánica y asuntos como la perdida del aura de los objetos en la Red. Ese tipo de propiedad relativa y efímera y con fecha de caducidad también se da en otros sectores, las plazas de garaje o las tumbas en los cementerios. La gran paradoja es que sucede lo contrario: hay gente con bibliotecas de libros tradicionales cuyos hijos no las quieren. A veces este carácter efímero contamina la propia creatividad de la obra. No es lo mismo que lo que haces sea destinado a la perpetuidad que al éter virtual, por lo tanto, con fecha de caducidad y que luego se pierda por completo.
Javier Díaz de Olarte, jefe del Departamento Jurídico de CEDRO
"La tecnología ofrece un escenario de consumo y acceso a la cultura y al conocimiento diferente al mundo analógico. No se puede trasladar el esquema de compra de un libro en papel al acceso a un libro en la nube. Las condiciones en las que el lector accede a los contenidos son distintas y las prestaciones que obtiene también. En la nube el lector no compra un soporte material al que se ha incorporado una obra, sino que obtiene una autorización de uso de un contenido. En estos últimos años el sector del libro español ha avanzado mucho en adaptar su modelo de negocio al ámbito digital para satisfacer las necesidades de los lectores, así como en ofrecer fórmulas para facilitar la reutilización de las publicaciones en el ámbito digital. Este escenario tecnológico no solo requiere adaptación del modelo de negocio sino también de hábitos de consumo".
Juan Freire, experto en economía digital y profesor en la Universidad de A Coruña
"Desconocía que Apple y Amazon no permitieran legar las canciones y libros adquiridos por sus clientes. Tiene una parte lógica porque en Internet estamos en la fase del pago por el uso de un servicio, como ocurre con Spotify. Sin embargo, estas grandes corporaciones tratan de exprimir al máximo al consumidor, lo que es ridículo porque se volverá contraproducente, ya que es incontrolable lo que haga cada uno. Lo que van a propiciar esas normas es que se tome la justicia por su mano porque se están reduciendo derechos amparándose en la letra pequeña. Lo más preocupante es la inacción a nivel europeo. Los Estados no legislan en una materia que les afecta y dejan que quien regule sean las compañías, cuando lo que deberían hacer es velar por el consumidor y establecer unos límites. Los Gobiernos no se estén preocupando por estas nuevas reglas del juego en la Red y que no haya un debate público, lo que aprovechan Amazon y Apple para imponer unas reglas legales complejas".
Mark Kitcatt, director de la discográfica PopStock! y presidente de la Unión Fonográfica Independiente
"Como ciudadano, recomendaría a la gente comprar discos, o libros o lo que ellos quieran, siempre pagando en efectivo, y huir de todo tipo de control electrónico que puedan utilizar Gobiernos y empresas para localizarles y controlar a sus hábitos".
Lorenzo Silva, escritor
"No me pilla de sorpresa. Al usuario hay que trasladarle con transparencia lo que verdaderamente está adquiriendo, y si es solo un derecho de acceso. Se trata de otra opacidad en los servicios que ofrece Internet. Es significativo que hayamos peleado contra las condiciones abusivas de los bancos, de las financieras… pero en cambio aceptamos todo lo de la Red sin pestañear, hay un papanatismo cuando es un mundo lleno de negociantes. Si Apple y Amazon actúan con esta falta de claridad es para evitar la piratería, porque no hay salvaguardas ante las copias ilegales pero lo que hacen es limitar los derechos del usuario y esto debería reflejarse en el precio de lo adquirido, que debería reducirse. Las autoridades europeas deberían regular este espacio, algo que no han hecho hasta ahora porque conocen mal Internet. Es un ámbito en el que hay mucho intereses y tendría que haber unas leyes que dejen claro qué es la propiedad intelectual".
Milagros del Corral, exdirectora de la Biblioteca Nacional
"Ayer nos desayunamos con esta noticia que vulnera nuestros derechos como consumidores y hiere la fibra más sensible de nuestra personalidad. Creímos que comprábamos los libros que nos interesan, las músicas que nos hacen vibrar... ¡y ahora resulta que solo pagamos por su disfrute mientras vivamos! No solo es un timo sino algo mucho peor: la condena a muerte de nuestra conciencia cultural a manos de un sistema diseñado para hurtar a nuestros seres queridos la memoria de lo que fuimos. Somos lo que leemos y nuestra sensibilidad ha sido modelada por músicas que marcaron nuestra vida. La cultura es mucho más que un producto de consumo, de usar y tirar. Tiene que haber un modo de evitar que lo intangible del soporte sea una excusa. Lo intangible nunca muere. Ha llegado la hora de dar la batalla para evitar que muramos dos veces, que a la muerte del cuerpo se una la desaparición de la memoria del alma, sacrificada en el altar de un comercio que carece de ella.
Nubia Macías, directora de la Feria del Libro de Guadalajara
"Creo que vivimos en una época marcada por lo etéreo y de alguna manera puede afectar, y a la larga destruir, la memoria histórica. Cuando uno hereda lo material las posibilidades de preservar la memoria de generación en generación, de que ese saber acumulado sobreviva, son mayores. Este concepto choca mucho con las sociedades latinoamericanas, que tienen una profunda tradición y necesidad de transmisión cultural, y para las que el acceso a la tecnología implica un desembolso importante".
Antonio María Ávila, director ejecutivo del gremio de editores de España
"No me ha llamado la atención la noticia. Las nuevas tecnologías plantean problemas jurídicos intensos. Por eso abogamos por la reforma de la propiedad intelectual. Lo que sucede ahora mismo es un arrendamiento, pero lo plantean como compra. Si lo hicieran así tendrían que pedir permisos especiales. Todas las normas son legítimas pero no se compra con las normas convencionales. Es un arrendamiento vitalicio legítimo pero hay que anunciarlo. Se quieren ahorrar plan de propiedad intelectual.
Iván Thays, escritor y bloguero
"Me parece un abuso, realmente, que modifiquen el concepto de comprar un bien por el de 'uso' y resulta aterrador pensar que puedan entrar en tu dispositivo y borrar los libros o discos que has comprado una vez muerto. Parece un asunto de ciencia ficción pero perverso. ¿Bajo qué criterio deciden que los bienes adquiridos por medios electrónicos solo son para 'uso' cuando su costo es, por lo demás, bastante elevado considerando los bajos costos de producción? Solo ellos ganan".
Alberto Olmos, escritor y bloguero
"No veo muy alarmante que una persona no pueda dejar su música y sus libros en formato digital a sus hijos o amigos una vez muera. A fin de cuentas, lo primero que saldan los herederos son los libros y los discos del finado (en el caso de los libros, hablamos de un estorbo de varios metros cúbicos; y respecto a la música, no veo a alguien joven comprando un tocadiscos o un reproductor de cedés solo para escuchar el pop del abuelo, cuando normalmente esas canciones ya están gratis en Internet). Por otro lado, el dilema de la propiedad del lector se me hace algo irónico cuando estamos en plena batalla por mantener el derecho a la propiedad del autor, como si algo que uno ha comprado mereciera más respeto que algo que uno ha creado".
Juan Gómez-Jurado, escritor
"Esta situación es perversa y contraproducente para el futuro del negocio de la edición. Se le está mandando al usuario un mensaje de falta de propiedad en lo que compra y, por lo tanto, se le está empujando fuera de la legalidad, a los brazos de la piratería. Es como el mito de Edipo, el padre que, por miedo, destierra al hijo para que no le mate pero lo acaba haciendo. Estamos hablando de una industria que trata de marcar territorio, por miedo, en un mundo que se caracteriza por la horizontalidad, es algo inútil. Es puro ultraproteccionismo que niega la cercanía con el usuario y propicia una pérdida de credibilidad por parte de estas empresas.
Juan Aguirre, músico del grupo Amaral
"Me parece la típica jugada de letra pequeña. En mi opinión mientras se trate de una descarga deberías ser el propietario, como si fuera físico. Es diferente si lo que adquieres es un disco en streaming. Yo últimamente compro muchos vinilos que vienen con un código de descarga. Me parece un poco raro que el disco sea mío pero la descarga no. En el caso de los editores de libros creo, con todo el respeto, que no deberían cometer los mismos errores que cometieron las discográficas".
Roberto Grima, promotor de conciertos, codirector de Live Nation España
"Yo soy comprador digital por la inmediatez. No me parece bien que no lo puedas compartir. Tengo dos hijos de 9 y 14 años y lo comparto todo con ellos y con mi mujer. Uno nunca piensa en lo que puede pasar cuando no esté, pero creo que tengo todo el derecho del mundo a traspasarles a ellos las cosas que he comprado. De hecho, estaba creando una pequeña biblioteca digital Supongo que es un tanteo de la industria, para ver qué pasa, y que cuando empiecen a lloverles denuncias se retractarán".
Babelia
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