Érase una vez un cuento sobre ti

Un Caimán Azul es el sueño de Eva Bonafonte y Chema Diéguez. Esta pareja de jóvenes madrileños decidieron montar su propio negocio hace menos de dos años, con el afán de convertir a cada niño en el protagonista de sus fantasías. Se trata de personalizar los cuentos, muñecos y láminas empleando como herramientas la ilustración y la costura para incorporar la imagen, dibujada a mano, y el nombre del niño en las ilustraciones de las páginas del cuento. Cada cuento es distinto para cada niño, ajustándose a sus gustos y aficiones. Al fin y al cabo, él es el protagonista de la historia.

En el caso de los muñecos (cuatro modelos realizados de manera artesanal con telas de algodón estampadas con diseños de Robert kaufman, Henry Miller y Moda Fabrics entre otros) la personalización se realiza a través del bordado en punto de cruz de los nombres de los niños. "Aportamos al niño una experiencia exclusiva, personal e irrepetible. Creamos piezas únicas, regalos singularizados que hablan a los niños en su mismo lenguaje, dado que empleamos la ilustración como herramienta", apunta Eva.

Eva es arquitecta, licenciada en la Universidad Politécnica de Madrid, y además de su trabajo en un estudio de arquitectura trata de plasmar en este proyecto algunas de sus aficiones "de toda la vida": los hilos, las telas, el diseño y la costura. Chema es diseñador gráfico e ilustrador, estudió en el Instituto Europeo de Design, y tras trabajar varios años como director de arte y director creativo en varios estudios y agencias se ha lanzado a esta aventura "con el objetivo de transmitir a los niños la magia y la ilusión que tiene en su cabeza", explica. Ellos no tienen miedo a la crisis económica y están convencidos de que con buenas ideas, trabajo y creatividad, Un Caimán Azul es posible.

P. ¿Qué creéis que aporta vuestra propuesta como valor?

R. Nuestra propuesta tiene el valor de la artesanía y la singularidad. El emplear la ilustración como medio, algo que está muy en desuso en la actualidad, hace que consigamos crear objetos únicos. Son piezas preciosas que transmiten a los niños la magia de formar parte de un mundo de cuento.

P. ¿Qué posibilidad real veis de poder acceder al circuito estable de la cultura?

R. Nosotros trabajamos con el medio básico para despertar en nuestros niños el amor por la cultura, que es la lectura. Pero además se la presentamos de una forma especial en la que la interacción está asegurada. Conseguimos que ellos formen parte del relato y fabricamos constantemente historias originales para despertar su curiosidad y mostrarles cosas nuevas. Ésta es nuestra mayor aportación y entendemos que es suficiente para acceder a ese circuito del que hablamos.

P. ¿Cuáles son a vuestro juicio, las mayores dificultades para los talentos emergentes?

R. Por supuesto, para cualquier negocio que emerge, la financiación. Pero pasado el escollo del vil metal, encontramos que es difícil el conseguir significarte o destacarte, poniendo en valor lo que te diferencia del resto. Internet y las redes sociales están ahí para difundir tu obra con mayor o menor repercusión, pero como es un cajón desastre, hay que trabajar duro para colocarte en tu sitio y crear una comunidad que te reconozca y valore.

P. ¿Qué beneficios esperas de salir en una plataforma como ésta?

R. Que se hable de ti en esta plataforma es una gran ayuda precisamente para superar el escollo del que hablábamos antes. Puedes conseguir que la gente que accede a este medio, a esta información, entienda qué es a lo que te dedicas y de qué manera estas aportando algo nuevo, algo distinto, algo especial.

P. ¿Con qué herramientas cuentan los talentos emergentes para darse a conocer?

R. Con las que ellos mismos se fabrican. Es decir, una vez que tienes tu producto definido, para darlo a conocer hay miles de opciones y estrategias que suelen diferenciarse mucho según el público al que vas dirigido. Pero sin duda, creemos que todos hacemos uso principalmente de las redes sociales gracias a que es una plataforma de difusión gratuita y con una inmensa viralidad.