Pujanza
En la foto todos parecían contentos. Los representantes oficiales del cine español posaban junto a los del Ayuntamiento de Madrid y se felicitaban por la convocatoria de la séptima edición de Madrid de Cine, que se celebrará a partir del próximo lunes, en la que se pretende reunir de nuevo a compradores extranjeros con el fin de dar salida internacional a las películas españolas. Y aunque este año hay menos dinero para organizar el encuentro y extender invitaciones, y también menos películas de interés que mostrar, se habló de la “pujanza” del cine español y de la marca España, (“Nadal ganando el Roland Garros, Edurne Pasabán superando los ocho miles y Tamara Rojo poniéndose las zapatillas”), con un optimismo patrio a prueba de bomba. El Ministerio ha rebajado dinero a las ayudas al cine, la taquilla anda por los suelos, los profesionales se quejan del paro, pero “con ánimo, constancia y perseverancia nuestro cine va conquistando fronteras”, según dijeron, y por si fuera poco, “hay que presentar a los compradores nuestra urbe como una ciudad de cine”.
Estos de ahora son tiempos en los que casi nada de cuanto se dice quiere decir lo que creemos, donde los términos se trabucan y las palabras se las lleva el viento, pero en el cine español, aseguraron, hay “pujanza”, de modo que la fiesta no decae. Los screenings madrileños suelen tener un padrino, y este año será el director Enrique Urbizu, flamante triunfador en la última edición de los Goya con No habrá paz para los malvados. En una reciente entrevista en La Vanguardia, Urbizuha declarado, no se sabe si con buen humor o con mala leche, que quisiera impartir en las escuelas de cine una nueva asignatura, “Cómo vivir entre película y película”, porque, dice, si se hace una cada ocho años y ya tienes cuarenta, “tienes que darte prisa porque te queda para dos más”. Que se lo explique, si no, entre otros, a Daniel Monzón, que aún espera rodar tras su gran éxito hace dos años con Celda 211… Urbizu, que comentará a los compradores de este Madrid de cine cómo de cinematográfica es la luz de la ciudad, dice no resignarse: “Estamos a la cola de Europa en ayudas a la cultura y al cine, pero yo no tengo hijos, ni coche, ni casa en la playa, cocino... No me da la gana rendirme, y voy tirando…” Y así va la cosa, tirando…
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