Modernos desde la misma cuna
Discos y conciertos de pop para niños se multiplican en una miniescena que permite a padres e hijos compartir ocio
Una niña que pierde algún miembro vital cada vez que se duerme. Podría ser el hilo argumental de un terror nocturno infantil, pero es el de un mágico cuento/CD ideado por la periodista Blanca Lacasa. Una suerte de ópera pop con canciones de Alberto Mate, dibujos de Puño, y Loquillo en el papel de malo malísimo. Casi un musical, que el sello Siesta pone a la venta el 19 de este mes, viene a confirmar el auge de conciertos y discos de música moderna dirigidos a niños. Que se trata de una tendencia cada vez más asentada lo prueba la celebración del primer festival dedicado a este nuevo género: el Mini día de la música, que el 24 de junio ocupará dos escenarios en el Matadero de Madrid junto a su hermano mayor, el Día de la música.
Detrás de este proyecto está Minimúsica, testigo notarial de la imparable evolución de este fenómeno. Nuria Muntaner, su fundadora, lleva seis años organizando actuaciones de pop, folk y soul para un público que aún no controla plenamente su sistema motriz. "Hay una generación de padres de entre 30 y 40 años que ha crecido con este tipo de música, que sigue consumiendo cultura, yendo a conciertos y festivales, y que quiere transmitir a sus hijos estos valores y compartir con ellos productos artísticos de calidad", explica Muntaner.
Puede que, por ejemplo, los temas de Casi un musical –en los que participan Javier Muguruza o Julián López de Muchachada Nui– estén supeditados a una finalidad narrativa, pero al final no son más que "canciones pop muy actuales" que se podrían escuchar en cualquier concierto para adultos, tal y como asegura su creador Alberto Mate. "Cuando las tocamos en directo muchos padres vienen a darnos las gracias porque en otras actividades extraescolares o de ocio en las que acompañan a sus hijos se siente un poco ridículos y fuera de lugar, pero aquí se divierten y pueden participar activamente con ellos", cuenta.
Ahí radica la clave de este fenómeno que ya empieza a ser muy rentable, según Muntaner: "Nuestro público son los niños, pero nos encanta que les guste a los padres porque son ellos los que deciden. Ningún peque de tres años va a decir: 'llévame a este festival que toca Inferno". Pero sí sabe expresar perfectamente con lágrimas, mocos y gritos que algo no le gusta. "Son el público más punki y sincero", asegura Mate.
Nuestro público son los niños, pero nos encanta que les guste a los padres
El éxito de discos como Babies goes Metallica (RGS Music) o de los conciertos no infantiles pero sí para niños que organizan La Casa Encencida de Madrid o festivales como el Sonar y el Primavera Sound hablan de una conexión intergeneracional a través de la música.
"Ir a una actuación con mi hija a las doce la mañana es pasar un rato de entretenimiento de calidad juntos. Antes se entendía la música infantil como un género, pero yo creo que la edad no es un criterio. Oímos soul y punk juntos, porque un niño es sólo una persona más pequeña, no menos inteligente", argumenta Edu Nebot. Miembro de grupos como Mamut, hoy es casi más conocido por ser el padre de Candela, de siete años, una de las estrellas de la escena minipop y líder de Candela y los Supremos. Su hit Avutarda ("ser amiga tuya farda") se incluye en el último disco editado por Minimúsica, Los Animales. En él comparte carátula con grupos adultos como Beach Beach o Anímic y con Germana, compuesto por Ramón Rodríguez, alias The New Raemon, y sus dos hijas.
La nostalgia, esa patología que aqueja a muchos de estos padres y que es culpable de la exhumación de Naranjito y Mazinger Z, también ha pesado en este fenómeno. "Cuando éramos pequeños había disco cuentos y una oferta musical muy interesante para los niños. Ha habido un periodo de gran sequía y de ahí el entusiasmo actual", resume Lacasa.
Babelia
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