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CÁMARA OCULTA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Nuevas pantallas

Extraterrestre, la nueva película de Nacho Vigalondo, ha contado en las redes sociales con una promoción importante, machacona y singular, pero en los cines no está convocando el número de espectadores soñado, o al menos permanece alejado de las previsiones que este nuevo sistema de promoción mediática auguraba. Leyendo los mensajes de Twitter se tenía la impresión de que los jóvenes dejarían parejas y familias para correr a ver la película, pero en realidad parecen dispuestos a esperar una descarga, legal o ilegal, antes de pagar una entrada. Puede que también haya influido el runrún transmitido tras el estreno, que no ha coincidido con las expectativas, o vaya usted a saber por qué, pero es lícito imaginar lo que hubiera ocurrido si a través de Internet, donde Extraterrestre ha sido noticia de la semana, se hubiese podido ver la película… naturalmente pagando. Hay fenómenos que no son del cine propiamente dicho aunque conserven sus formas, y este podría ser uno de ellos.

Si la promoción primero, y ahora la polémica, se viven con ardor en las webs, ¿por qué no abrirse definitivamente a este sistema y dejar que algunas películas se puedan ver en ese medio, y que a las salas de cine vaya quien lo prefiera? Sin duda esta película —divertida o aburrida, inteligente o boba, esa no es ahora la cuestión— es mejor en pantalla grande, pero los tiempos no parecen estar por la labor. Probablemente se pueda ver pronto en el top manta o colgada en la Red, mientras los esquemas habituales de explotación permanecen inalterables contra viento y marea. El esfuerzo de productores, distribuidores y exhibidores no se compadece con el resultado final, y no solo en este caso, bastante atípico, sino en otros cada vez más frecuentes. ¿Para cuándo un replanteamiento? También podría ser, simplemente, que Extraterrestre no ha interesado, y contra la espalda del público no hay promociones sociales que valgan. Las puertas abiertas en el nuevo lanzamiento no han sido suficientes. En cualquier caso, el tema está listo para el debate. Seguramente no hay que hacer caso a aquello de que “en tiempo de desolación nunca hacer mudanza”. Al contrario, mejor antes que tarde.

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