John Cale, 40 años de vanguardia pop
El fundador de The Velvet Underground inicia una extensa gira por España
Hace apenas dos años, el músico John Cale (Gales, 1942) confesaba que lo que le mantenía vivo era la ira. Pero el 9 de marzo, día de su 70 cumpleaños, hacía evidentes esfuerzos por resultar amable al teléfono desde un hotel de Londres. “Soy un tipo impaciente, lo reconozco. Me encanta hacer deporte y estar al aire libre. Si estoy bajo techo me pongo nervioso. Eso hace que odie pasar tiempo en el estudio, o dando entrevistas”, dijo para justificar aquella antigua afirmación.
Claro que en cuanto se descuida le sale ese punto de agresividad verbal que le ha convertido en un conocido terror de periodistas. “No insistas. Mi cumpleaños no me importa. Me siento exactamente igual que ayer, que tenía 69. Esto es solo un día más. Quizás salga a cenar, eso es todo”, espetó al ser invitado a a tomar una fecha tan redonda como pretexto para reflexionar sobre el pasado y el futuro. “No pienso mucho en ninguna de las dos cosas; nadie se para de repente cuando llega a una fecha concreta. Yo me volvería loco si no hiciera música. Día tras día debo dar las gracias por el don recibido”.
Lo dice una persona que compartió formación académica con John Cage y La Monte Young; el productor de casi cien discos entre ellos Horses de Patti Smith o el primer álbum de The Stooges (“Mi favorito sigue siendo el debut de Happy Mondays. Fue muy divertido”, asegura); el hombre que toca las cuerdas en Bryter Layter, de Nick Drake. Y, por supuesto, el fundador de The Velvet Underground, posiblemente la banda de rock más influyente de la historia. “No intentábamos serlo. Queríamos ser distintos. Incómodos. Difíciles de copiar por otras bandas. Todos hacían lo mismo: querían sonar como los Beatles. Nosotros no teníamos miedo de intentar ser tan distintos como pudiéramos”.
Cuarenta años después de aquello sigue completamente activo. El año pasado realizó las bandas sonoras de Un Été Brûlant, de Philippe Garrel, y Sport, de Filles de Patricia Mazuy. “Es muy distinto a trabajar para uno mismo. Dependes de las imágenes. En mi opinión, menos es más. Por eso la mayoría de mis trabajos para la pantalla no son nada grandiosos. Son algo sencillo, muchas veces solo uso piano”.
Además, lleva dos años con la gira en la que interpreta en su totalidad Paris 1919, el disco de 1973 que es aun el más popular de sus trabajos en solitario. “Es una actuación especial para la que hace falta una orquesta. No es que haya dejado de hacerlo, pero solo se puede realizar en ocasiones especiales”. A España no llega con tan nostálgicos propósitos sino con una gira que comienza el 20 de marzo en Barcelona y pasará por Bilbao, Avilés, Coruña, Madrid y Malaga. La idea es que sirviera para apoyar el nuevo disco de Cale, el primero desde Black acetate (2005). Pero no. “Tenía que haberlo terminado en febrero, pero hay aun algunas decisiones que tomar sobre las canciones, así que no está terminado. No creo que lo tengamos para mayo, quizás haya que dejarlo reposar hasta septiembre”.
Así que lo que trae bajo el brazo es Extra playful, una grabación de cinco canciones puestas a la venta en otoño. Era su primera referencia para el sello independiente británico Domino. El hogar de Franz Ferdinand, Arctic Monkeys o Animal Collective, (esta última es una de las bandas favoritas de Cale: “Como la Velvet Underground no tienen miedo a ser áridos e incómodos”).
La sorpresa fue que esas cinco canciones eran de lo más pop (caústico, pero pop), que el galés había grabado en muchos años. La letra de la canción insignia, Catastrofuk, tenía tantos “du-dus” y “oh-oh”, como versos. Hasta hizo un vídeoclip para acompañarlo que dirigió su hija Eden, de 27 años, que empieza a despuntar como actriz y cineasta. “El disco nuevo no tendrá nada que ver. Serán canciones nuevas. Es básicamente un álbum de rock. Lo malo es que habrá que volver a girar”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.